Los paros se extienden como una mancha de aceite

Los sectores que están en huelga en estos momentos son los siguientes: los ferrocarriles -sólo unos pocos convoyes en dirección a Londres y Bruselas siguen circulando-; el metro de París está totalmente parado desde el martes y así continuará la próxima semana. Los autobuses de París y Toulouse tampoco funcionan, los de Nancy y otras ciudades lo hacen parcialmente. Los de Lille han anunciado que pararan el próximo jueves. Air Inter prevé un paro total de sus servicios para el próximo jueves pero ya antes puede haberse paralizado en parte el tráfico aéreo en Francia.El servicio de correos sigue funcionando en París pero ya no en 30 de los 120 centros de distribución regionales. El lunes serán 90 de esos centros los que, con toda seguridad, estarán en huelga. Los sindicatos mayoritarios de telefónica han convocado una huelga ilimitada desde el lunes, que provocará el cese en la construcción de nuevas líneas pero también que se detengan servicios como los telegramas. La electricidad, aunque el servicio no se ha interrumpido, vive en plena agitación: siete de las veintiuna centrales nucleares han dejado de producir electricidad y obligado a importar energía.

Los hospitales, a causa de los problemas causados por el transporte, han ralentizado su trabajo. La próxima semana prevén satisfacer tan sólo los servicios mínimos. Es probable que los funcionarios de la Seguridad Social se declaren también en huelga ilimitada, al igual que los trabajadores de los servicios de Impuestos, Hacienda, Aduanas o del Banco de Francia.

Mientras una tercera parte de las universidades sigue en huelga, los profesores de escuelas e institutos amenazan con parar desde mañana lunes. La Renault ya vive una serie de paros parciales que han de ir en aumento. En conjunto puede decirse que los paros, que ya han detenido el 50% de la actividad económica en la región de París, tiende a ampliarse geográfica y profesionalmente, con el horizonte inesperado de una huelga general.