Un oasis peatonal
Soy lector asiduo de Vicente Verdú, cuyas observaciones normalmente encuentro muy acertadas y convincentes. No obstante, tengo que discreparción su opinión poco favorable de las nuevas instalaciones en la esquina de Ayala con Lagasca.La semana pasada, como peatón habitual, yo avanzaba arduamente a lo largo de Ayala, sorteando los obstáculos habituales que, con el permiso implícito del Ayuntamiento, los conductores nos dejan en el camino: coches en doble fila y en la acera, y cebras bloqueadas con otros tan justos que tenía que ensuciarme la ropa, deslizándome para cruzar las calles.. Al llegar a Lagasca quedé atónito: ¡había espacio a mi alrededor! ¡Era posible ver si podía atravesar con relatir va seguridad!, ¡Hasta se halló un sitio para sentarse! ¡Qué maravilla!
Aunque tenía prisa, me quedé un par de minutos -como un viajero en el desierto que de repente se encuentra en, -un oasis desconocido- meditando sobre lo que yo- suponía era la iniciativa insólita de una asociación de vecinos.
Ni siquiera se me ocurrió la idea de que el Ayuntamiento. pudiese haber tenido algo que ver con este- oasis, ya que sabemos todos que ellos se contentan con espejismos como las "vías prerenciales",, grandes palabras seguidas por la ausencia total de, acción.
Advertido por el señor Verdú sobre el verdadero autor de este fenómeno, ¡protesto sus críticas!
Tal vez el - Ayuntamiento podría haber hecho la instalación con un gusto un poquitín más fino, pero, señor Verdú, lo importante es que, por fin, hay alguien en ese establecimiento que ha hecho algo, sin contentarse con hablar. Podemos imaginar que fue un nuevo empleado que todavía desconocía la política de laissez-faire de la Administración actual. O que tal vez fue únicamente por error burocrático que han concedido la autorización para esta iniciativa.
¡No importa! Nos incumbe, ahora darle ánimo al atrevido desconocido, ¡no criticarle¡ ¿Quién sabe?,Tal vez algún día ' hasta durante nuestras propias vidas, se cumplirá otro proyecto con la intención de hacer un poco menos difícil la vida del peatón. ¡Cosas más insólitas han ocurrido!-
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