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La apatía de la población marca las elecciones generales de hoy en Egipto

A primera vista parece un combate desigual: el Partido Nacional Democrático (PND) del presidente Hosni Mubarak contra 13 partidos cansados del régimen y más o menos esperanzados en que las elecciones parlamentarias de hoy ofrezcan una oportunidad de cambio. Nada más ilusorio en la democracia a la egipcia, donde la prensa y la televisión son prácticamente una extensión de la presidencia. Incluso los más tenaces críticos de Mubarak se fueron anoche a la cama resignados a aceptar hoy un nuevo triunfo del oficialismo por obra de la manipulación gubernamental y la apatía popular.

Mubarak cerró solemnemente el proceso electoral con un mensaje que acentuó sus esfuerzos por presentar la consulta como un ejercicio limpio y sin otro objetivo que el de consolidar una. democracia de la que se precia de ser arquitecto y paladín. No era precisamente esa la impresión de la proscrita Hermandad Musulmanla, la principal fuerza de oposición, que ayer batallaba por extraer a decenas de adherentes detenidos en las últimas horas por realizar proselitismo en un país donde hasta el uso dé megáfonos con fines políticos está prohibido desde que Mubarak llegó al poder tras el asesinato de Anuar el Sadat, hace 14 años.Más de 4.000 candidatos aspiran a los 444 escaños de la Asamblea Nacional, pero en el ambiente electoral hay muy poco espacio para sorpresas. El PND de Mubarak acaparará la mayoría parlamentaria dejando un margen decorativo y limitado a sus rivales: el Partido del Trabajo, los liberales del Wafd (Delegación), los izquierdistas del Tagamu (Agrupación, o partido unionista), y los naseristas, para mencionar sólo a los principales contrincantes amparados por la ley. La Hermandad Musulmana, cuyo extraoficial cuartel general fue clausurado por la policía hace cinco días, presenta hoy 110 candidatos.

Cuestión inquietante

La cuestión, sin embargo, es mucho más inquietante para el Gobierno si los Hermanos Musulmanes demuestran que tienen el poder que con tanto afán pregonan. A pesar de la nueva campaña gubernamental para desacreditar y anular el movimiento formado por el carismático líder fundamentalista Hasan al Bana en 1928, en varios lugares de El Cairo los hermanos distribuían ayer banderitas y pegaban pancartas azules con la simple consigna de "El islam es la solución".

"Si bien todos sabemos que Mubarak se saldrá con la suya, los votos en favor de la Hermandad van a dar al Gobierno una clara e interesante indicación de la verdadera. magnitud del desafío de las fuerzas islámicas", observaba ayer un diplomático europeo. Será sin duda un dato altamente valioso a la luz de los esfuerzos de Mubarak por marginar a la organización, un empeño que quedó drásticamente demostrado con la detención de 82 miembros de la Hermandad y las penas de cárcel y trabajos forzados impuestas a 54 de ellos la semana pasada.

El Gobierno acusa a la Hermandad Musulmana. de apoyar a los movimientos extremistas como la Gamaá al Islamía y la Yihad, algo que la organización niega.

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