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Una niña con las muñecas rotas vuelve a plantear el tema de los gitanos en Italia

"Me llamaba puta, idiota, gitana". Una niña de sólo nueve años cuenta así como un hombre, de mediaría edad, dice, italiano, con gafas, le zarandeó el pasado sábado por las muñecas, de día y en pleno centro de Roma, hasta rompérselas. No hay testigos de lo ocurrido, ni siquiera se sabe quién pudo ser el turista robado por gitanillos que desencadenaron las iras del italiano que pasaba por la acera. El caso ha vuelto a poner de, actualidad él problema de los zíngaros en Italia,. y la incapacidad de- las autoridades para afrontarlo de forma adecuada.La niña, que ayer no se presentó al hospital donde habla sido citada para enyesarle las muñecas, asegura que ella no habla robado a nadie, que fueron otros niños gitanos los que se hicieron con la cartera del turista mientras él la pedía limosna para completar las 45.000 liras (unos 3.000 pesetas) que necesitaba, para comprarse unas zapatillas deportivas.

Es posible, pero los niños gitanos que han desvalijado a tantos incautos en muchas ciudades italianas; especialmente en la capital, operan en grupo. Cuando uno pilla algo, se lo pasa, a un colega.

Son escenas de una, violencia tan inaudita como la que estos pequeños ladrones, entrenados -por adultos que les vigilan. a distancia, pueden llegar a desplegar sobre personas indefensas como ellos, generalmente sobre ancianos, a los que' rodean y asaltan, tirando de bolsos o metiéndoles las manos en los bolsillos. Impunes, porque son menores de edad. En una Italia que acaba de endurecer las leyes sobre inmigración, y dónde la Liga Norte espera crecer con consignas decididamente racistas, estos asaltos se repiten cotidianamente desde hace cinco años, cuando el flujo de zíngaros aumentó como con secuencia de la guerra en la ex Yugoslavia.

Los gitanos adultos reconocen que roban, porque no tienen qué comer. Nadie ha previsto un encuadramiento eficaz ni una alternativa a la penuria económica de estos fugitivos. No hay tampoco una estrategia judicial ni administrativa sobre cómo debe actuar la policía.

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