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La competencia acecha a Telefónica

Las empresas de 'rellamada' y Airtel fuerzan la guerra de precios

Las compañías de servicios de telefonía juegan, por fin, su batalla en el terreno de los consumidores. Es la guerra de precios. Atrás quedan las disputas jurídico-administrativas sobre los vericuetos del proceso de liberalízación de las telecomunicaciones. Lo importante es tener clientes y el mejor arma para convencerlos: los precios.Airtel y MoviStar saben que, la campaña de Navidad, poco más, de un par de meses después de la introducción de la telefonía GSM- en España, va a ser determinante. Conseguir un cliente ahora es una garantía de futuro y la experiencia demuestra que las fiestas en esta época del año son un buen momento para incrementar las ventas. Sólo en el mes de diciembre, Telefónica Móviles que también comercializa la telefonía móvil analógica, espera incrementar en un 9% su base de clientes.

MoviLine, ya cuenta con 825.000 abonados, a la telefonía móvil analógica,- el doble que el año pasado. Sin embargo, la batalla más dura se presenta en el ámbito de la telefonía móvil con tecnología GSM, desarrollada en Európa. El GSM, incorpora importantes novedades respecto a la tecnología analógica: los teléfonos GSM pueden utilizarse en el extranjero sin dificultad, son menos vulnerables a escuchás ilegales y la calidad de transmisión es superior.

Airtel, el primer consorcio privado en la prestación de telefonía móvil GSM, prevé cerrar el año con 15.000 clientes, habiend'o empezado a prestar servicio el 3 de octubre. Airtel confía en alcanzar los 135.000 abonados en 1996. La competencia, Movistar, propiedad de Telefónica, espera alcarizar los 50.000 clientes en 1995, 35.000 abonados más al GSM de los que tiene hoy.

La caída de los precios de los terminales -el teléfono- va a ser determinante para la consecución de esas metas. Si hace seis meses el precio de un teléfono móvil GSM en España rondaba las 80.000 pesetas, hoy es posible encontrarlo por 33.000 pesetas, con IVA incluido y el alta de conexión, a MóviStar, inmediata. Con anteirioridad a la oferta de Telefónica Móviles, Airtel había comonzado a ofrecer teléfonos GSM por 35.000 pesetas.

Telefónica ha encontrado más frentes de competencia a su. hasta hace poco posición de mo.. nopólio. Las compañías de call back o rellamada, que ofrecenta rifas hasta un 70% más baratas que las de Telefónica para las llamadas internacionales, continúan su expansión por toda España.

Cerca de 20 de estas empresas han abierto oficinas tratando de .arrebatarle á-Telefónica una parte del mercado de larga distancia. En los primeros nueve meses de 1995, ese segmento supone un 10%. de los ingresos totales de Telefónica, esto es, cerca de 105.000 millones de pesetas.

Para contactar con estas empresas de call back la vía más rápida sigue siendo la prensa internacional, donde se anuncia con frecuencia. Usar sus servicios es sencillo: cuando el cliente de una de estas compañías, a la que se paga una cuota mensual de conexión, quiere telefonear al extranrca el número que le ha sido asignado (generalmente, en tados Unidos); cuando escucha el primer tono, cuelga. Entonces, un ordenador central habrá reconocido su número de usuario y le devolverá la llamada, invitándole a marcar el número de la persona o empresa con la que quiere comunicar. Ya está el cliente de la empresa de call back estará entonces. utilizando la línea telefónica de una operadora estadounidense, puenteando a Telefónica de España.

Las llamadas a través de empresas de call back resultan más baratas, según estas mismas empresas, cuando se realizan a Asia y Extremo Oriente. En Italia el call back está haciendo furor, y en Francia, la norteamericana Transworid Communicatións ofrece servicios de rellamada internacional con tarifas hasta.un 25% por debajo de las de France Telecom.

Aún así, Telefónica, una vez perdida la batalla legal frente a las empresas de call back, estudia Junto con Transportes una rebaja en las tarifas internacional del 5% (para las conexiones en Europa) y de un 20% (para el tráfico con Asia) que contenga la competencia. El objetivo es aprobar una rebaja en este segmento de tarifas, sin afectar a las que se aplican a las llamadas urbanas e interurbanas que Telefónica no modifica desde 1994.

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