_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La internacional de la berenjena

Escribió Georges Arnaud en el prólogo a, El salario del miedo: "Guatemala no existe. Lo sé porque he vivido allí". ¿Existe el Mediterráneo? Se acepta la existencia de una supuesta cocina mediterránea basada en los frutos de la zona , en el cordero como animal expiatorio básico, en el pescado y en el aceite de oliva como grasa. Los tópicos a veces no resisten la realidad y luego se comprueba que el pescado es caro para muchos pueblos mediterráneos o que el cerdo predomina sobre el cordero y la grasa animal más popular es la manteca del puerco. También se ha convertido en una chuchería del espíritu la dieta mediterránea, que incluye legumbres no por todos apreciadas; por ejemplo, los garbanzos, tan amados por los españoles y las cocinas musulmanas, forman parte de los objetos volantes no identificados por la cocina francesa. Es que hay muchos Mediterráneos y básicamente dos: el que se otea desde la Villa Olímpica de Barcelona y el que puede verse desde la Ciudad de los Muertos de El Cairo, el Mediterráneo del Norte y el del Sur, con todas las gradaciones económicas y sociales que incluyen estos conceptos y con todas las distancias culturales que hay entre el fundamentalismo islámico y el fundamentalismo neoliberal. Tal vez sea la berenjena el único producto indiscutido a encontrar en un plato murciano, sirio, marsellés, napolitano, turco, argelino, marroquí y con el tiempo pueda ser la berenjena la pieza única en una posible bandera unitaria mediterránea. Porque al Mediterráneo le pasa lo mismo que a Europa, todavía casi no existe. Y sabemos que no existe porque vivimos en él.

Más información
Libertades, sólo buenas intenciones

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_