PERRITO CALIENTE
Un capitán de British Airways desvió un jumbo unas 1.000 millas para evitar el sobrecalientamiento de una perrita, tras concederle permiso los 200 pasajeros. El capitán Rex Graveley descubrió que un radiador se había atascado a la máxima potencia en el lugar donde una pequeña perra Shitzu, llamada Louíse, volaba desde Huston a Londres el pasado mes de mayo. Graveley comunicó el problema al pasaje del avión y los pasajeros, abrumadoramente, votaron para que desviara el avión a Boston, lo que supuso un coste de 20.000 libras (unos cuatro millones de pesetas). La norteamericana Irene Saunders, propietaria de Louise no viajaba en el avión. Más tarde declaró: "Salvaron su vida... quisiera besar a cada uno de los pasajeros y la tripulación". Saunders ha asistido ahora a la concesión de una placa al capitán Graveley, concedida por la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad a los Animales. El acto se celebró después de que la perra cumpliera los seis meses de cuarentena que impone el Gobierno ante posibles enfermedades de los animales que llegan al Reino Unido- ,
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
