Perote dice al juez que el Cesid dio apoyo a los GAL por orden de Manglano
El ex jefe de la agrupación operativa del Cesid coronel Juan Alberto Perote declaró ayer ante el juez instructor del caso GAL en el Tribunal Supremo, Eduardo Móner, que el Cesid, por orden de su ex jefe el teniente general Emilio Alonso Manglano, proporcionó armas, infraestructura y apoyo logístico a los GAL, aunque evitó citar expresamente a la organización terrorista. El propio Manglano declaró antes que Perote ante el juez y negó haber tenido conocimiento de la llamada acta fundacional de los GAL.
El coronel Perote, que declaró en calidad de imputado, se negó a facilitar la identidad de las personas a las que iban destinadas las informaciones y las armas, acogiéndose, según dijo, a la obligación que como militar tiene de no revelar nombres de iguales o inferiores. Sin embargo, reconoció que intervino en la entrega de armas y dijo haberlo hecho por orden de su jefe, Alonso Manglano.Perote admitió que participó en una accion ilegal fuera de España que consistió en labores informativas sobre actividades de presuntos miembros de ETA en Francia. Según su declaración de ayer, de esa acción informó al hombre que le ordenó ejecutarla, Manglano, y también al grupo cuarto, sección cuarta, del Cesid, que es la dedicada a la lucha antiterrorista.
Sobre la denominada acta fundacional de los GAL, Perote dijo que él participó en su elaboración por orden de Manglano, aunque también intervinieron otros miembros del Cesid. Afirmó que el documento no lleva sellos ni firmas porque en él se proponían actuaciones . irregulares. Aseguró que Manglano era contrario a las acciones violentas, pero que alguien por encima de él le ordenó que se llevaran a cabo y que a él concretamerite le ordenaron colaborar. Preguntado por quién pudo dar esa orden, Perote respondió que sólo lo pudo hacer el Gobierno. Fruto de esa colaboración fueron los dos sellos de caucho, uno con la leyenda "Grupos Antiterroristas de Liberación" y otro con "Grupos Armados de Liberación" que se confeccionaron en el taller del centro y se hicieron llegar a los mandos de la lucha antiterrorista.
Perote declaró que todas las acciones del Cesid quedaban reflejadas en fichas y que Manglano informaba puntualmente al ministro de Defensa, Narcís Serra, y al presidente del Ejecutivo, Felipe González, de todo lo importante. Y por ello precisó que cuando le dijo a Manglano, en una nota de despacho, que se iban a iniciar las acciones armadas contra ETA, Manglano le contestó personalmente que era muy importante y que se lo comunicaría al presidente. Según Perote, Alonso Manglano delante de él escribió en la nota de despacho "PTE para el viernes". "PTE" significa presidente, según el coronel, y no pendiente, como sostiene Alonso Manglano.
De testigo a imputado
Como ejemplo de que Manglano informaba de todo a Serra y González, Perote argumentó que así lo hizo también cuando la policía francesa localizó a cuatro sospechosos, que resultaron ser agentes del Cesid y que finalmente fueron detenidos en la estación de Chamartín (en Madrid) cuando llegaron en tren. Perote afirmó que nadie, ni en el Gobierno ni en otras instituciones, hizo nada por impedir las acciones violentas contra ETA.El teniente general Alonso Manglano, por su parte, pasó ayer voluntariamente de testigo a imputado en el caso GAL. La declaración como imputado le ofrece la posibilidad de ser asistido de abogado y de mentir para no autoinculparse.
Tras la declaración el juez no adoptó medidas cautelares contra él ni le inculpó en ningún delito concreto. Manglano ratificó la declaración que en su día prestó ante el juez Baltasar Garzón y afirmó que nunca vio el documento del Cesid conocido como acta fundacional de los GAL y que no reconoce tal documento como auténtico. Reiteró que ese documento se parecía a los estudios teóricos del Cesid sobre posibilidades de la lucha antiterrorista. Añadió que si había sido elaborado por alguien del Cesid nunca tuvo efectividad, pues no lleva el visto de conformidad ni los sellos correspondientes.
El ex jefe del Cesid aseguró que en 1983 más de media España reclamaba una actuación del Ejército contra el terrorismo de ETA y que había un peligro de involución, pero que él siempre se opuso a esa intervención. Dijo que despachaba a veces con el presidente del Gobierno y con el ministro de Defensa, pero nunca sobre el tema del GAL.
Tras señalar que la nota de despacho a la que se refiere Perote se encontraba entre las microfichas desaparecidas y presuntamente sustraídas por el coronel, declaró que tuvo conocimiento del intento de secuestro del presunto etarra José María Larretxea, aunque con posterioridad a que se produjera. El general no contestó a preguntas concretas relativas al número de agentes del Cesid desplegados, a su distribución y otras, acogiéndose a la ley de secretos oficiales.
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