La candidatura de Solana a la OTAN condiciona los planes de González de renunciar a la reelección
La OTAN se ha convertido en un factor decisivo en la estrategia electoral del PSOE. Javier Solana parecía abocado a suceder a Felipe González como cabeza de cartel socialista en las elecciones previstas para marzo si González renunciaba a ser el candidato. Pero en las últimas horas, el virtual número uno de la lista del PSOE ha pasado a ser virtual candidato de España a la Secretaría General de la OTAN, con grandes posibilidades le ocupar el cargo. La evolución de los apoyos a Solana para la Alianza Atlántica ha sumido en la perplejidad a sus compañeros de partido. Si se consuma la candidatura de Solana a la OTAN, González verá desbaratados o fuertemente condicionados sus planes de renunciar a encabezar la lista.
El jefe del Ejecutivo respondió ayer desde Bruselas a la siguiente pregunta: "Ante la hipótesis de que con Felipe González [el PSOE] saca más votos, ¿no le crea cargo de conciencia no presentarse?". La respuesta fue: "Siempre me crea cargo de conciencia que consigamos mas o menos votos"., "El problema es creerlo", añadió, deslizando de forma críptica su convicción de que su propia candidatura puede ser un lastre para el partido.González suele comentar a sus colaboradores que no se ve al frente del Gobierno durante 18 años. Utiliza esa cifra descontando una nueva victoria de su partido. Otra razón que esgrime para no presentarse es el rechazo que suscita entre quienes no le votan. González está convencido de que si fuera candidato no se rebajaría la crispación política.
A partir de estas convicciones, todo el diseño estaba previsto. Solana estaba destinado a ser -y aún no está definitivamente descartado- el candidato de consenso del PSOE a la presidencia del Gobierno.
El problema se ha planteado ahora en toda su crudeza, con la posibilidad de que Solana sea en diciembre el nuevo secretario general de la OTAN y ello obligue al PSOE a buscar otro candidato. Miembros de la ejecutiva aplican el refrán de que "no hay mal que por bien no venga": ante la escasez de tiempo, González no tendría margen de maniobra y volvería a ser el candidato. Es la hipótesis preferida en el partido. La alternativa de José Borrell como cabeza de cartel es descartada por miembros de la dirección del PSOE.
Mientras tanto, en los pasillos de Asuntos Exteriores se da por seguro que Solana accederá a la Secretaría General de la OTAN y se han desatado las especulaciones sobre su sustituto. El nombre más citado les el del secretario de Estado para la Unión Europea, Carlos Westendorp, por su larga experiencia y su dominio de los temas comunitarios, que constituyen la prioridad de la política exterior española. Con menos intensidad se baraja el nombre de Raimon Obiols, secretario de relaciones internacionales del PSOE.
El presidente del PP, José María Aznar, afirmó ayer "Si un español puede desempeñar ese puesto, no voy a ser yo quien me oponga". "Aunque claro, para dirigir algo, hay que creer en ello", añadió, en declaraciones a Cadena Ibérica.
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