La ampliación del aeródromo lleva cinco años empantanada
EL PAÍS, En cuatro años, el aeropuerto de Barajas se atascará. Aeropuertos Nacionales de Navegación Aérea (AENA) tiene prisa y quiere construir una nueva pista para evitar el colapso. Hace casi cinco años que las instituciones decidieron la ampliación del aeródrómo, pero desde entonces lu chan. contra sus des acuerdos para avanzar. En este tiempo han descubierto la lentitud.
Cuando se anunció la modernización de Barajas (diciembre de 1990), con dos nuevas pistas y una ciudad aeroportuaria para servir a la base aérea, algunos políticos, como el alcalde de Madrid Agustín Rodríguez Sahagún, fallecido poco después, apostaron por un segundo aeropuerto. El ministro de Transportes, entonces José Barrionuevo, se topó con la resistencia de ecologistas, vecinos y ayuntamientos. Amenazaron los enemigos de la ampliación con recurrir a la unión Europea. Promadrid, una empresa creada por el Ayunta miento de Madrid para hacer estudios sobre el futuro, concluyó que la ampliación sería ineficaz y aumentaría las molestias sobre 100.000 vecinos del distrito de Barajas y el municipio de Coslada. Recomendó Promadrid ha cer un nuevo aeródromo.
Un año después, AENA decidió construir una pista, cuyo presupuesto se estimó entonces en 30.000 millones de pesetas, para prevenir el atasco anunciado. Seis meses después (abril de 1992), más de 1.000 vecinos se manifestaron contra esta ampliación. En junio, el ministerio decidió aparcar el proyecto. Iberia protestó al conocer. la decisión.
La Comunidad terció entonces para pedir un gran parque de 1.300 hectáreas -el proyectado por Ayllón y Ferrer no llega a la mitad- junto a la ciudad aeroportuaria.
El 10 de noviembre de 1992 Borrell, Leguina y Álvarez de Manzano firman la ampliación de Barajas para doblar su capacidad en 20 años. Un mes después, Leguina ofreció a los gestores de Barcelona 92 el proyecto de la ciudad aeroportuaria. Pero la operación no cuajó.
Quejas vecinales
Los vecinos y los alcaldes de las zonas próximas al aeropuerto seguían quejándose. El Ayuntamiento de Madrid quería participar más en el proyecto. El 11 de junio de 1993, el Consejo de Ministros aprobó la expropiación de ocho millones de metros cuadrados para ampliar el aeropuerto. Presupuesto: 22.500 millones.
El estudio de impacto ambiental para ampliar el aeródromo de Barajas utilizó planos antiguos. La Comunidad de Madrid se alzó en contra. Borrell encargó otro, que ha recibido 130 alegaciones. Mientras (septiembre de 1994), las tres admnistraciones encontraron a Gonzalo Navarro, un gestor para Ciudad Barajas. El acuerdo institucional sobre el gerente no resolvió las cosas: aún no ha arrancado la sociedad anónima que ejecutará el proyecto.
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