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Alerta médica en EE UU sobre la 'epidemia' de ataques sexuales

El delito que crece más rápidamente en Estados Unidos es el de la agresión sexual contra las mujeres. Más de 700.000 norteamericanas sufren cada año diferentes tipos de violencia sexual que se traduce en daños físicos y emocionales devastadores, según un informe especial realizado por la Asociación de Médicos Americanos (AMA).

Dicha asociación considera, en palabras de su presidente, Lonnie Bristow, que se trata de "una epidemia de violencia silenciosa que crece a un ritmo alarmante y que está traumatizando a las mujeres y a los niños de nuestro país".

La AMA ha recordado las estadísticas de las agresiones sexuales que hay en el país y ha repartido entre sus afiliados -la mitad de los médicos que ejercen en EE UU- instrucciones para ayudar a las víctimas de ataques recientes y pasados.

Para Lonnie Bristow, este tipo de criminalidad "está envuelta en un velo de silencio provocado por injustos mitos y prejuicios sociales que culpabilizan a las víctimas más que a los agresores. Las víctimas son empujadas a las sombras y tienen miedo de denunciar y de pedir ayuda a los médicos".

Entre los datos, la mayor parte ya conocidos, que maneja la asociación de médicos para respaldar la caracterización de epidemia, se cuentan los siguientes, que incluyen las cifras de violencia doméstica:

Las tres cuartas partes de las agresiones sexuales son cometidas por amigos, parientes, cónyuges o familiares.

El 61% de las mujeres víctimas de violación son menores de 18 años.

Cada año, de dos a cuatro millones de mujeres son golpeadas alrededor de 1.500 mueren a manos de la persona con la que viven o mantienen relaciones.

Mejor con los médicos

A partir de sondeos que indican que las mujeres que han atravesado situaciones de este tipo se comunican más fácilmente con médicos que con profesionales de la policía o la religión, la AMA quiere conseguir que las víctimas de las agresiones sexuales hablen más sobre lo que les ha ocurrido y que los doctores, a su vez, sepan preguntar mejor a las mujeres; que tengan más información sobre el problema y estén mas preparados para afrontarlo, no únicamente desde el punto de vista físico, sino también desde el punto de vista psicológico.Entre los objetivos se encuentra también el de identificar las huellas emocionales de violencia sexual sufrida en el pasado por las víctimas: "Estos criterios", según la doctora Mulchahey, "nos ayudarán a estar alerta en cuanto a las agresiones sexuales no sólo en pacientes visiblemente maltratadas, sino también en mujeres a las que les entra el pánico en un examen de rutina o a niñas que retroceden asustadas cuando las tocamos".

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