Las subcontratas atribuyen a los dueños del cine Bilbao el mal estado de la marquesina

El círculo sobre la responsabilidad de la tragedia del cine Bilbao comienza a cerrarse, aunque los acusados se afanan en buscar resquicios por los que escurrir sus respuestas ante preguntas clave. ¿quién permitió el ruinoso estado de una marquesina bajo la cual pasaban todos los días miles de personas?, ¿quién permitió desmontar a una hora punta el gigantesco andamio que sostenía el cartel de la película Sister Act? De las seis personas, que se sientan en el banquillo de los acusados desde el lunes, ya han declarado cinco. Y ninguna ha reconocido tener la más mínima responsabilidad en el desastre que el 27 de enero de 1993 cercenó seis vidas -entre ellas, la de un niño de 10 años- y dejó con muletas o en sillas de ruedas a otras tantas.

La estrategia comienza a vislumbrarse. Los dueños del cine Bilbao culpan del siniestro a las subcontratas que intervinieron en el desmontaje del andamio y cuyos operarios apilaron la estructura metálica encima de la marquesina, lo que, según el fiscal, provocó su desplome. Y las subcontratas, por su lado, imputan el accidente a los dueños del cine, por descuidar el estado de conservación del voladizo. "Es la pescadilla, cola" ironiza María Rosa Sanz, abogada de una de las supervivientes del siniestro. Además, unos y otros se acogen a las normas de los estatutos de sus empresas en lo que les beneficia y las obvian o aducen ignorancia si les perjudican.Hay también acusados que utilizan un tono prepotente para exculparse, como Ricardo Rodríguez, director comercial de Andamios In. Rodríguez aseguro ayer que la responsabilidad de la conservación del lugar donde se trabaja es de la propiedad, en este caso del cine similar defensa empleó anteayer Pedro Valero de la Torre, su jefe en la empresa Andamios In, propietaria de la estructura metálica que sé utilizó para colocar el cartel.

Rodríguez subrayó que su empresa no estaba obligada a supervisar el estado de la marquesina ni a comprobar su capacidad de resistencia, y reiteró que el andamio se colocó donde su cliente, el cine Bilbao, indicó. Fue en este contexto en el que se le formuló la pregunta de si colocaría un andamio en un lugar disparatado o inseguro. "Si el cliente quiere que lo pongamos en un soporte de yeso, pues se pone", dijo.

Tono prepotente

También fue interrogado ayer José Pereda, coordinador de montajes y desmontajes de Andamios In. Pereda corroboró los alegatos exculpatorios de Rodríguez y matizó que su misión era, transmitir las órdenes del departamento comercial de Andamios In a los operarios, subcontratados o no, encargados de ejecutar la obra, pero no supervisar el estado del lugar donde se trabaja. Fue Pereda quien entregó a la empresa JF Montajes -subcontratista de Andamios In, y a la que pertenecían los tres obreros que trabajaban sobre la marque sina el día del accidente- la orden de desmontar el andamio que sujetaba el cartel anunciador del filme Síster Act. Y quien avisó a JF Montajes de que el desmontaje del andamio "corría prisa", porque había que cambiar ese día el cartel de la película.El último en declarar ayer fue el director de JF Montajes, Juan Fernández Romo, jefe de los tres obreros que apilaron en una esquina los materiales del andamio. Nada se sabe, por cierto, del actual paradero de estos obreros, que no están inculpados, indicaron ayer fuentes jurídicas. Fernández, explicó también: "Me dieron un plano [Andamios In] sobre cómo debía montar el andamio y así lo hicimos, pero nuestra misión es poner la mano de obra pero no es valorar el estado de conservación del lugar. Cuando nos mandan instalar algo en un sitio, lo hacemos, entendiendo que quien nos lo pide ya ha valorado lo demás y dispone de las oportunas licencias [la obra del Bilbao carecía de licencia] para hacerlo".

Fernández negó, además, que sus operarios apilasen las partes desmontadas del andamio en una esquina del voladizo. "El encargado me dijo que pasó por allí y vio que el material estaba esparcido". El director de JF Montajes dirigió sus aguijonazos hacia los dueños del Bilbao, y se cuidó de lanzarlos abiertamente contra Andamios In, empresa que le sigue encargando trabajos.