Sin resquicio para la disidencia

Las críticas a determinadas acciones de ETA han sido suficientes para que todos aquéllos que se atrevieron a manifestarlas ahora vayan a quedar excluidos de la dirección de Herri Batasuna. El asesinato de Gregorio Ordóñez aglutinó a un importante número de voces discrepantes en HB que se dieron a conocer con la ex concejala donostiarra Begoña Garmendia.El abierto rechazo de esta abogada a la acción terrorista que acabó con la vida de su adversario político en el ayuntamiento fue secundado por otros militantes, que tampoco callaron frente a la dirección de HB. Uno de éstos, en una carta dirigida a la Mesa Nacional, censuraba el asesinato de Ordóñez y apuntaba sobre "las consecuencias negativas que la lucha armada está teniendo para la lucha política de la izquierda abertzale ".

A la voz de Garmendia se sumó la del dirigente navarro Patxi Zabaleta, y a éste se unió la mayoría de la organización navarra. Zabaleta llegó a solicitar a ETA en varias ocasiones una tregua. Pero su actitud le ha costado la "autoexclusión", tras recibir tres comunicaciones de la banda terrorista. Él y sus compañeros se quedarán fuera.

En la última ponencia política aprobada por las bases de HB está prohibida "la difusión externa de opiniones personales contradictorias con la colectiva". No quedará resquicio para las disidencias porque la coalición independentista no va a tener más opinión que Ia determinada democráticamente por el conjunto de la militancia, o en su defecto por la que emitan los órganos de dirección".