Como pez en Barcelona
Salnikov, el mejor nadador de los años ochenta, desea fijar su residencia en España
Llegaron a la piscina como cada martes dispuestos a nadar unos cuantos metros bajo la supervisión de su monitor. Pero se encontraron con una sorpresa. El profesor les advirtió en el mismo borde de la piscina que la clase la dirigiría un campeón olímpico. "¿Martín López Zubero? exclamó uno de los 60 niños de dos escuelas de El Prat del Llobregat (Barcelona) que tuvieron el privilegio. "No, Vladímir Salnikov", respondió el monitor. "¿Quién es ese?", preguntó uno de ellos. "El primer nadador en la historia que bajó de 15 minutos en los 1.500 metros", respondió rápidamente otro de los muchachos, aleccionado el día anterior por su padre del historial del ilustre, personaje que les visitaba. Todos se dieron por satisfechos por la clase magistral impartida por el que fue considerado el nadador más grande de la década de los ochenta, en la que estableció 13 récords del mundo en 400, 800 y 1.500 metros libres. En total, sumó cuatro oros olímpicos: tres en Moscú 80 y otro en Seúl 88.El ruso Vladímir Salnikov, de 35 años, lleva desde hace varias semanas pasando unas vacaciones con su familia en Cataluña. Su aparición ayer en el complejo deportivo municipal Sagnier de El Prat no fue la primera pública que realizaba durante su estancia en tierras catalanas. El viernes pasado asistió cómo invitado de honor a la comida de despedida del presidente de la Federación Catalana de Natación, David Moner, ante la sorpresa de los asistentes. Aquel día, aseguró que estaba de paso, aunque no desmintió la posibilidad en un futuro próximo de establecer su residencia en Barcelona.. Ayer ratificó: "No descarto que en un futuro próximo me instale en Barcelona".
"He llegado a España como turista", manifestó. "Me gusta el clima. No es la primera vez que visito este país, en el que siempre me he encontrado a gusto". El nadador ruso, conocido en su época como el expreso de Leningrado, se dedica en estos momentos a trabajar como asesor de la firma de productos deportivos Speedo, en Moscú, y en la construcción de un parque acuático.
A pesar de negar que sea un ciudadano privilegiado en su país por el flamante historial deportivo que consiguió representando a la ex URSS, Salnikov mostró una dosis de preocupación por la situación sociopolítica por la que atraviesa Rusia. "La, sociedad rusa sufre una gran inestabilidad", dijo. "Uno de los graves problemas es la mafia, un poder fáctico muy peligroso. No me he sentido amenazado por ellos, aunque soy muy popular. Además, no me considero un privilegiado y ellos, la mafia, sólo buscan a personas con dinero. Pero todos los rusos palpamos a diario el poder de la mafía".
En opinión de Salnikov, la desmembración de la URSS ha perjudicado el deporte. "Se ha reducido la ayuda estatal a los clubes y naciones pobres como Armenia o las del mar Negro, en las que estaban instalados dos importantes centros deportivos. Ahora no tienen dinero para preparar a los deportistas de élite, que tienen que seguir adelante buscándose patrocinadores extranjeros", explicó.
Salnikov recordó que cuando bajó de la barrera de los 15 minutos (14m 58,27s en Moscú 80 y 14m 54,76s desde 1983), su récord fue considerado entonces como el "récord del siglo". "Bajar de los 14 minutos sería la gran proeza de la historia de la natación", dijo. Doce años más tarde sólo el australiano Kieren Perkins (14m 41,66s, 1994) ha sido más veloz que el ruso.
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