Mendoza: "Busco amigos, no directivos"

Las sábanas del incómodo hotel en el que se hospeda la expedición del Real Madrid en Budapest acentuaron ayer la fractura existente en la directiva blanca. Por primera vez en una década, a Lorenzo Sanz, vicepresidente de la entidad madridista, se le trabaron las pestañas y no pudo acudir a un acto oficial con el presidente, Ramón Mendoza, y Michel, una de las señas más internacionales de la plantilla. Todos estaban convocados para asistir a la inauguración de la firma Teka -patrocinadora del Madrid- en Hungría. El acto era a las doce del mediodía, pero...: "Bajé a las nueve a desayunar, subí a la habitación y me quedé dormido". Iluminado con una amplia sonrisa, Sanz dio esta explicación a los periodistas pocos minutos después de rehusar, tanto él como su superior, fotografiarse juntos a la puerta del hotel. La tirantez entre presidente y antiguo delfín es elocuente. Antes de que Sanz sé despertara en el vestíbulo había subrayado a los medios de comunicación desplazados a Hungría: "No estoy buscando nuevos directivos, busco amigos".Mendoza aludió irónicamente a los problemas de amnesia que le producen los aviones para evitar cualquier comentario sobre las heridas de los despachos del Bernabéu. Pero, ante la insistencia de los periodistas, fue exponiendo alguna que otra píldora. Accedió al menos a destripar algunas claves de la crisis: "Si la gente se pelea por un asiento en un tranvía, imagínense por la presidencia del Madrid, un cargo muy bonito, de gran importancia social, que desata enormes pasiones, sobre todo en un país tan crispado como España". Según Mendoza, "en la sociedad de consumo todo el mundo quiere medrar".

Ni guerra ni paz

Al ser consultado sobre si había firmado una tregua con su vicepresidente, Mendoza afirmó no haber declarado "ni la guerra ni la paz a nadie". Luego apostilló: "Aquí hay un sentido común aparente". A pesar de no considerarse la espoleta bélica que golpea a la institución, el máximo dirigente del Madrid admitió veladamente las hostilidades. De hecho, atribuyó a su intención de "pacificar" el madridismo una de las tareas que le hacen mantenerse en el cargo. Puesto desde el que confía en levantar este año la Copa de Europa -cuyo desenlace no se producirá hasta el próximo mes de mayo-. Y es que Mendoza lo tiene claro: "Yo elijo las condiciones idóneas de mi futuro".Un futuro con el que también sueña Florentino Pérez, principal opositor en las últimas elecciones y aparente aliado presidencial desde hace unos días. Una cohabitación que se pondrá hoy mismo a prueba, cuando Pérez aterrice en Budapest en un vuelo regular procedente de Madrid en el que estará acompañado por medio centenar de miembros de la peña radical Ultras Sur.

Lorenzo Sanz fue interrogado ayer sobre su presunta traición a Mendoza: "Tengo la conciencia muy tranquila. Todos creemos en Mendoza y somos un grupo de amigos, o, al menos, nos consideramos como amigos".