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Sarah Balabagan, condenada a un año de prisión y a recibir 100 azotes "ligeros"

El presidente de Filipinas pedirá a los Emiratos que no se aplique el castigo físico

La criada filipina Sarah Balabagan, de 16 años, fue condenada ayer en los Emiratos Arabes Unidos (EAU) a un año de cárcel y 100 azotes "ligeros". El veredicto concluye un proceso en el que fue sentenciada a muerte -por matar a su patrón y violador- y, tras una intensa campaña internacional en su favor, se conmutó la pena por la de cadena perpetua y cinco millones de pesetas de indemnización a la familia del patrón. El caso ha sacado a la luz la situación de esclavitud de miles de muchachas asiáticas que emigran a los tigres económicos como los países del Golfo y Singapur.

Sarah Balabagan recibió ayer con alivio la sentencia, según el embajador filipino en los EAU, Roy Señeres. Uno de los abogados defensores de la joven concretó que el fallo judicial especifica que los azotes sean "ligeros" y no ejecutados en público. El verdugo, según la ley islámica, debe sujetar un libro en el sobaco para que los golpes no sean muy fuertes.El presidente de Filipinas Fidel Ramos, declaró ayer su satisfacción ante la reducción de pena, y anunció que recurrirá a "la compasión y la clemencia" del presidente de los EAU, jeque Sayed ben Sultan al Nahyen, para que dispense a Sarah de los azotes.

Los parlamentarios socialistas franceses pidieron, tras conocer el fallo, que el Gobierno francés haga respetar los derechos humanos. Laurent Fabius emitió un comunicado contra el flagelamiento: "No puede sino sublevar a todos quienes creen en la justicia. No se puede permitir que un ser humano sea víctima de un trato degradante o envilecedor, incluso si un tribunal le ha condenado". "Se trata de un castigo que atenta contra la dignidad de la persona y de la mujer, y aplicárselo a una niña es realmente cruel", dijo ayer en Manila la portavoz de Lila Filipina, una organización que lucha para obtener compensaciones para las mujeres violadas por los japoneses en la II Guerra Mundial.

Indemnización pagada

El tribunal -que emitió la sentencia a puerta cerrada, aunque se sabe que el fallo no contempla las circunstancias de la muerte del patrón de Sarah- confirmó la indemnización de cinco millones de pesetas, que la condenada debe desembolsar, y que al parecer un industrial filipino ya ha pagado. Balabagan, finalmente, será expulsada de los EAU."Soy muy feliz", dijo ayer al salir del tribunal la madre de Sarah, cubierta con el velo islámico. "Sarah seguirá estudiando, porque quiere ser abogada. Ahora vamos a celebrarlo. Haremos un menú filipino y rezaremos".

El hijo del patrón, Faraj al Baluchi, sonrió al abrazar al padre de Sarah y declaró a los periodistas: "Estoy contento de que todo haya terminado. Dios nos lo ha concedido. Era el destino. Yo hubiese preferido una pena de cárcel, pero es el juez quien decide".

La condenada ha pasado 15 meses en prisión, por lo que se plantea la duda de si ese tiempo será descontado del año ahora impuesto. El embajador filipino y los abogados defensores dijeron ayer confiar en el descuento, lo que permitiría a Balabagan quedar libre en unas semanas. Sin embargo, el juez, jeque Baya ben Salik, señaló que ello sólo está previsto "en casos excepcionales".

El proceso ha conocido fases contradictorias. En un principio, el tribunal, que constató la violación, sentenció a Balabagan a siete años de cárcel, pero la acusación -que pedía la pena de muerte- consiguió una revisión. El pasado septiembre, un nuevo tribunal desestimó que la violación hubiese ocurrido y condenó a Balabagan a ser fusilada. El escándalo internacional arreció, y no faltó incluso una alusión del presidente francés, Jacques Chirac, a "medidas pertinentes". Por fin, el pasado día 14, el presidente de los EAU convenció a la familia Al Baluchi de aceptar una indemnización.

El Gobierno filipino, conmocionado por el ahorcamiento en Singapur, el pasado marzo, de otra emigrante -Flor Contemplación-, había envíado a los EAU un comité de expertos en ley islámica. José Español, miembro de la dirección de Trabajadores Expatriados, indicó ayer que el veredicto es "muy duro, sobre todo para una joven tan débil y que no sólo ha sido la acusada sino la víctima".

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