"Me da vértigo todo lo que tenemos que hacer"
Rodrigo Rato afina las propuestas del Partido Popular ante la perspectiva de un próximo triunfo electoral. Asegura sentir "cierto vértigo" ante "todo lo que tenemos que hacer"; en concreto, bajar impuestos y cuotas so,iales y dar soluciones a sus dos preocupaciones básicas, aumentar el empleo y reducir el déficit público.
El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Rodrigo Rato, 46 años, acaba de cosechar una victoria histórica en el Congreso. La oposición ha tumbado los Presupuestos del Gobierno, lo que sitúa al PP más cerca que nunca del poder. Más que nunca, sus propuestas para un país "que no quiere una revolución ni en un sentido ni en otro" adquieren la categoría de compromisos. Rato cree que la sociedad española va a ser "mucho más exigente con nosotros" y confiesa "cierto vértigo" ante todo lo que "tenemos que hacer". Espera de las urnas "una mayoría suficiente para gobernar" y promete dar el protagonismo a la sociedad y a las fuerzas del mercado porque "tú ganas unas elecciones, no la guerra".Con este talante, el portavoz del PP, quiere solucionar los dos problemas básicos que a su juicio tiene la economía española: el empleo y la reducción del déficit público. Promete que los españoles pagarán menos impuestos con el PP, una rebaja de un punto por año en las cotizaciones sociales, el mantenimiento de un sistema sanitario público, universal y gratuito y el respeto al Pacto de Toledo sobre las pensiones. En su opinión, "se conseguirá más reformando que recortando". Reconoce que "no va a ser nada fácil privatizar" y denuncia que "González recibió como herencia cinco billones de pesetas de deuda pública y a nosotros nos va a dejar 42".
Pregunta. ¿Qué valoración hace del debate parlamentario sobre los Presupuestos?
Respuesta. El debate tiene una valoración política indudable y es que por primera vez se produce un rechazo general a unos Presupuestos. Además, no ha habido sorpresas; era un rechazo cantado. Y ahora el Gobierno pretende compartir las responsabilidades con el resto de la Cámara, lo cual es bastante inaudito. Un Gobierno está para gobernar y esto significa a ve ces darse cuenta de que uno no puede seguir adelante. Lo que debe hacer entonces es convocar elecciones.
P. Más que compartir responsabilidades, el Gobierno ha echado toda la culpa a la oposición...
R. Sí, pero es que ahí hay una perversión de lo que ha sucedido. El Gobierno sabe que no puede aprobar los Prespuestos y aún así lleva a la sociedad española hasta una situación límite. Y cuando llega a ese límite dice ¡ay!, pero las consecuencias son para los demás. Eso es la ley del embudo.
P. ¿Cuáles son las consecuencias económicas?
R. España en estos momentos entra en una indefinición desde el punto de vista presupuestario que podrá no ser catastrófica -nosotros esperamos que no lo sea-, pero que indudablemente introduce una serie de retrasos y de incertidumbres en muchísimas cosas que tendrán que aplazarse a que haya nuevo Gobierno. Estamos, al mismo tiempo, en un momento en que los meses cuentan desde el punto de vista del aseguramiento de la recuperación y de lo que pueden ser criterios definitivos del plan de convergencia.
Nuestra posición es que si usted tiene que convocar elecciones anticipadas porque no puede seguir gobernando, pues,ihombre!, convóquelas cuando sea el mejor momento para el país. Haga usted unas elecciones cuando el proceso presupuestario le pueda permitir a quien gane poder continuar o poder iniciar un nuevo camino.
P. ¿No tener Presupuestos en 1996 puede desencadenar una crisis financiera?
R. Lo peor que le puede pasar a la economía española es que siga con un Gobierno que no tiene credibilidad. Si mañana el señor González dice que pretende convocar elecciones no en el año 96 sino en el 97 tendríamos una crisis financiera, de seguro. Es verdad que la política económica de estos dos últimos años; si se compara con la de años anteriores, da un respiro. Pero si se compara con lo que tenemos que hacer me produce un cierto vértigo. Por lo tanto, a España le conviene salir cuanto antes de una situación política muy débil, de una política económica muy poco decidida, para entrar en una nueva fase.
P. ¿Por qué no les da igual que se disuelvan las Cortes ahora o dentro de dos meses?
R. Hay varias razones. La primera es que desde el punto de vista institucional la democracia exige que los actos políticos tengan consecuencias y si un Gobierno se queda sin mayoría reflejada en un presupuesto debe disolver inmediatamente. Es un pésimo abuso de la institución decir, miren ustedes, me importa un bledo lo que usted decida, yo voy a seguir aguantando. Y además, como no se ponen de acuerdo ustedes en presentar una moción de censura, yo sigo aguantando. Desde el punto de vista económico, la situacion española no es peor que hace dos años, pero no es todo lo buena que todos esperábamos desde el punto de vista de la confianza tanto interna como externa. Desde el punto de vista del consumo, de los tipos de interés... Ahora, básicamente lo que está funcionando es la inversión. Pero en un contexto de incertidumbre y con unos tipos de interés tan elevados, pues es una apuesta muy delicada. Es un irresponsable, quien ponga la situación en esas condiciones. Desde el punto de vista de nuestros problemas macroeconómicos, España tiene todavía muchos, deberes que hacer y tiene unos plazos que todos conocemos. El primer plan de convergencia fue un fracaso y el segundo no ha avanzado en los dos primeros años. Se supone que los dos próximos años tienen que ser el gran esfuerzo. Porque si, como es desgraciadamente verdad, los dos planes de convergencia que hemos tenido han dejado para el año 1996 y 1997 la parte del león de la convergencia, perder uno de esos cuatro semestres es una gravísima irresponsabilidad.
P. ¿Se imagina por un momento que el PSOE vuelva a ganar?
R. Yo me lo imagino todo porque los españoles son muy dueños de hacer lo que quieran. Pero creo que las elecciones las va a ganar el Partido Popular con una mayoría suficiente. Los españoles van a apoyar la estabilidad. Y saben que, en estos momentos, la estabilidad pasa por el Partido Popular.
P. ¿Cuál sería una mayoría suficiente?
R. Una que te permita gobernar suficiente. Con consensos, pero suficiente. Un Gobierno con mayoría suficiente puede gobernar a base de pactos. Posiblemente vamos a necesitar un periodo de tranquilidad, pero creo que la sociedad española va a ser muy exigente con el próximo Gobierno.
P. ¿Más que con éste?
R. Bastante más. La sociedad española o espera más del centro derecha o es más exigente con el centro derecha. Esa actitud de, bueno, estos pobres chicos no sabían nada y tienen que aprender, no la van a tener con nosotros. A lo mejor ya no la vuelve a haber con nadie. No me preocupa. Me parece bastante lógico.
P. ¿Cómo entiende el PP el ejercicio del poder?
R. Como equilibrios. El éxito de las democracias parlamentarias está en el cambio, posible siempre, y en el equilibrio, que impide que el que gobierna a su vez ímpída que le puedan derrotar.
P. ¿En qué van a sustentar ese equilibrio?
R. Pues dando unas garantías de profesionalidad en la función pública. Que tu intervención del Estado pueda controlar tus cuentas sin necesidad de que el ministro del ramo le diga lo que tiene que hacer. Garantizando que tu Consejo General del Poder Judicial va a responder a lo que los jueces quieren y no a la mayoría mi-
mética del Parlamento. Ése es un camino porque tú ganas unas elecciones pero no ganas una guerra. El país sigue siendo el que era cuando tú llegas y cuando tú te vas. Haces cambios. Haces un determinado tipo de autopistas, un tipo de educación, un sistema fiscal... Cambios muy importantes ¡caray! Tú ya decides bastante. No lo decides todo.
P. ¿Van a hacer un presupuesto nuevo para 1996?
R. El Gobierno que entre deberá hacer un paquete de reformas muy importante. Hay que tomar medidas urgentes. Un presupuesto tiene sus tramites; necesita tres meses como poco.
P. ¿Qué medidas?.
R. Tiene que haber claramente medidas de control del gasto. Tiene que haber un paquete de medidas tributarías que afecte claramente a las relaciones de la Administración con el administrado, que afecte al funcionamiento de la Agencia Tributaria y a algunas figuras tributarlas; tiene que haber una oferta urgente de negociación para reformar el sistema de financiación autonómica; debe haber una definición muy rápida del marco en que se van a mover las empresas públicas, obligándolas a rigores de competencia; debe haber definiciones claras sobre el proceso privatizador para que los recursos obtenidos se asignen a reducir la deuda; y tiene que haber medidas muy urgentes de liberalización de mercados: suelo, telecomunicaciones y transporte; un anuncio claro de potenciación de la negociación colectiva, y una reforma del Inem.
P. ¿Qué es lo que más le preocupa desde el punto de vista económico?
R. Lo que más me preocupa es el empleo y aquí estamos casi todos de acuerdo. Especialmente porque España lleva a las espaldas un gran fracaso en este aspecto. Nuestro empleo no crece y eso es seguramente por nuestras leyes. Junto con el empleo, está la cuestión de que España tiene que permanecer en el núcleo de los países europeos. ¿Qué hay que hacer en la España de 1996 con lo que tenemos entre manos? España necesita reformar su economía entera. Reformar su economía no quiere decir cambiar sus prioridades sociales. Los españoles tenemos un consenso sobre el tipo de Estado o de sociedad que queremos tener. España no quiere una revolución, ni en una dirección ni en otra.
P. ¿Está dispuesta la sociedad española a hacer sacrificios? .
R. Ya está haciendo sacrificios. ¿Es que un país con un 50% de paro femenino, un 50% de paro universitario y una de las tasas más grandes de la UE de parados de larga duración se puede decir que no está haciendo sacrificios? Lo importante no es si los españoles están haciendo o no sacrificios, que los están haciendo. Es si sirven para algo esos sacrificios. No digamos que el modelo al que tenemos que ir para que sea ortodoxo económicamente requiere que la gente esté hecha fosfatina. No. No es verdad. Lo que pasa es que requiere que las cosas se utilice eficazmente. La cuestión está en una asignación eficaz de recursos. Y el sistema más eficaz que hay es el mercado. ¿Funcionan bien lo mercados en España? No. Reformémoslos.
P. ¿Introducir competencia en el mercado laboral supone flexibilizar más?
R. El problema no está en flexibilizar más el mercado laboral español. Porque en el mercado laboral español hay una gente que vive en la España del 75 y otra en el Hong Kong del 95. El problema no está tanto en la flexibilización como en dotar al sistema de estabilidad. Y ello supone que sea un sistema predecible donde los acuerdos entre empresarios y sindicatos sean la base.
P. ¿No tiene miedo a que los sindicatos le monten una huelga?
R. ¿Por qué vamos a tener miedo a las huelgas? Los sindicatos no sólo montan huelgas. Montan negociaciones, montan simposios, te dan información...
P. ¿Espera una mayor agresividad sindical?
R. No, porque yo tengo muchísimos votantes que son afiliados a los sindicatos. Espero una relación profesional.
P. ¿Va a pedir moderación salarial?
R. La moderación salarial es una parte sustancial de la negociación colectiva. Depende de los sectores. Unos tendrán que congelar, otros reducir y otros aumentar. Parece, sin embargo, que en el mundo en que nos movemos los márgenes no van a ser lo que más va a crecer en los próximos años. Por tanto la moderación de casi todo va a ser necesaria y la competitividad también.
P. ¿En cuántos puntos van a bajar las cuotas sociales?
R. Sería bueno bajar en los próximos cuatro años un punto cada año.
P. ¿Vamos a pagar menos impuestos cuando gane el PP?
R. Sí. Los ciudadanos deben pagar menos impuestos de los que pagan y deben pagar los que no pagan. El fraude fiscal es una gran asignatura pendiente de la sociedad española, que no se arregla ni con amenazas ni con amnistías.
P. ¿Van a bajar el tipo máximo del IRPF?
R. Yo prefiero pensar en bajar el tipo medio del 22% al 18%, porque me parece que le interesa a más españoles. Es que el 56% no lo paga nadie.
P. ¿Y esto supone eliminar deduciones como vivienda?
R. No no, ¿por qué? Los ciudadanos tienen pagar menos. Luego tendrás que pensar si las políticas dirigistas se justifican o no. Pero después, no antes.
P. ¿Para cuándo esa rebaja de impuestos?
R. Desde luego, va a estar en nuestro programa para los próximos cuatro años. Cuatro años pasan muy deprisa y la experiencia nos ha enseñado que todo lo que haces al principio es mucho más fácil que lo que haces al final.
P. ¿Las empresas también van a pagar menos impuestos?
R. No. Las empresas no tienen que pagar menos impuestos. Tienen que pagar de otra manera.
P. De las herencias que dejará el Gobierno del PSOE ¿cuál es la que más le preocupa?
R. De las conocidas, los tres billones y medio que cuesta la deuda pública. Necesitas una lucha contra el déficit muy decidida. Esta será una prioridad clara del PP. La Seguridad Social es un gran agujero negro. Nadie sabe lo que hay en la Seguridad Social ¿Cuál es la deuda de las empresas públicas? Ahora bien, las deudas son deudas y hay que pagarlas. Pero el señor González recibió cinco billones de deuda pública y a nosotros nos va a dejar 42."
P. ¿Cómo van a solucionar el problema del gasto sanitario?
R. En sanidad hay que hacer reformas muy meditadas. La sanidad pública es uno de los pilares de nuestro sistema social. Hay que introducir criterios de competencia en la producción de bienes públicos y pensar en el sistema de conciertos. Pero creemos que es un tema que hay que hacer con muchísima tranquilidad y asegurar, sin ninguna duda, la existencia de un sistema sanitario público, universal y gratuito.
P. ¿Y con las pensiones? ¿Van a respetar el Pacto de Toledo?
R. Parece que es técnicamente viable. Lo vamos a mantener, por supuesto. Creo que éste ha sido un buen pacto político.
P. ¿Con las empresas públicas?
R. Empresa pública no tiene que ser sinónimo de pérdida creciente. Por tanto, creo que hay que hacer un serio es fuerzo de relaciones industriales para que las empresas que no son rentables lo sean. Nosotros hemos insistido mucho en hacer un modelo profesional de gestión. No hay ninguna razón para que haya nombramientos políticos.
P. ¿Y las empresas que no sean viables se cierran?
R. No. No siempre es posible desde el punto de vista del equilibrio regional y social.
P. ¿Y con Argentaria?
R. No existen razones para que el Estado tenga un banco.
P. ¿Tenemos un buen sistema financiero?
R. Tenemos un sistema financiero competitivo y razonablemente sólido, pero me gustaría ver unos márgenes de intermediación cada vez menores.
P. ¿Vamos a llegar a Maastricht en la fecha adecuada?
R. ¿Habrá una unión monetaria en Europa? Pues seguramente la habrá. Una aproximación monetaria o cambiaria se va a producir ¿Cómo va a ser? Yo creo que esa pregunta hay que hacérsela a don Luis Ángel Rojo que es el más listo y lo dirá mucho mejor que yo. Nosotros tenemos que llegar en las condiciones que marca Maastricht.
P. ¿Cómo le cuadran las cifras?
R. La prioridad es reducir el déficit. Si la sociedad española no hace una apuesta seria en este sentido tendrá dentro de unos años, no se cuantos, problemas muy serios. Pero reducir el déficit público no es hacer recortes, es cambiar la manera de producir las cosas. Se conseguirá mucho mas reformando que recortando.
P. ¿Con un Gobierno del PP bajarán los tipos de interés?
R. Con un Gobierno que dé credibilidad política a la situación y que haga una profunda reforma ecónomica los tipos de interés van a bajar. Sin duda.
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