Recurso al pataleo
Estoy indignada. Así de claro. Álvarez Cascos nos deleita de nuevo, en esta sección, el día 19 de octubre, con una prepotencia que me parece a todas luces intolerable.No quiero ser políticamente incorrecta (si bien odio esta expresión), y por eso vaya por delante mi respeto hacia este señor, pero, a renglón seguido, mi repulsa una vez más por sus declaraciones. Es inaudito que no tenga el menor pudor en reafirmarse una y otra vez en su tesis e intente convencernos argumentando que es víctima de "un mal y contumaz intérprete de las palabras y de las opiniones ajenas". Por supuesto que de su pluma no ha salido la palabra coincidir. Cuatro líneas antes, lo que sale en su carta es que el veredicto de la justicia y el de la opinión pública deben "guardar correspondencia", que, claro, ya lo dice mi prima Juani Mari, ez lo mismo, pero no ez iguá. No puedo reprimir el pataleo. No me conformo con el panorama político que tenemos a la vista y menos con el que se deja vislumbrar. A cualquier Gobierno que llega en una alternancia democrática hay que darle a priori la confianza, pero cuando antes de entrar ya enseña la patita negra con patente de corso incorporada y justificada en los errores del Gobierno anterior... apaga y vámonos.
No nos asuste, señor Álvarez Cascos, sedúzcanos aunque sea de momento con la patita teñida de harina; porque si se repite la situación de junio de 1993 me parece que puede pasar de todo. Estoy segura de que mi prima Juani Mari moriría de un ataque al corazón.-
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