Reflotar las riquezas de Moctezuma

Frank Goddio es un buscador de tesoros profesional. Superadas las más directas necesidades económicas, dedica sus días a organizar nuevas expediciones, siempre con los mejores medios técnicos y los más preparados exploradores. Goddio quiere que la colección restaurada de los tesoros del galeón español San Diego se quede en Madrid por su preparación hispanista y por su compromiso con la Reina. Pero el arqueólogo también obtendrá una jugosa recompensa. Piensa emplear los 700 millones que espera recaudar de esta prestación en una nueva y fascinante aventura.El equipo de Goddio ha localizado en las proximidades de Guantánamo, en un lugar de esa costa caribeña de Cuba que se guarda como el más profundo de los secretos, los restos del barco en el que Hernán Cortés envió el codiciado tesoro del emperador mexicano Moctezuma II al rey Carlos. V. No es un tesoro cualquiera. Moctezuma pensó que los descubridores españoles eran los hijos del dios Quetzalcóatl que regresaban a reclamar sus tierras y los agasajó con sus más ricos presentes para alejarlos.

Goddio ha empleado precisamente unos 700 millones en reflotar el pecio del San Diego, hundido en 1600 tras una extraña peripecia de su capitán, Antonio de Morga. El arqueólogo halló la pista definitiva de ese galeón naufragado en los archivos de Sevilla. En 1991 inició un espectacular barrido submarino de los alrededores de la isla filipina de la Fortuna, y el 21 de abril uno de sus buzos, Gilbert Fournier, se tropezó, a 50 metros de profundidad, con un túmulo del que surgía un cañón con la siguiente inscripción: Phelipus Rex 1593. Uno de los escasos cañones con el sello de Felipe II en el corto periodo de tiempo en que el monarca español estuvo casado con la reina María Tudor de Inglaterra y ejerció como su consorte.