El ahogado de Susana pide que el rapado declare como ímputado
Hermenegildo Pérez Bolaños, abogado de la familia de Susana Ruiz -la chica de 16 años cuyo cadáver fue encontrado en febrero dé'1993 semienterrado en un descampado cercano al barrio de Vicálvaro- ha pedido al Juzgado de Instrucción 16 que ordene la búsqueda y captura de José Alberto Zamorano, el cabeza rapada de 22 años que grabó una cinta en la que relacionaba a. la tribu urbana Bases Autónomas con la muerte de esta chica.Pérez Bolaños ha pedido a la juez Ana Ferrer, titular del citado juzgado, que ordene la captura de Orellana bajo la imputación de un presunto delito de encubrimiento de varios asesinatos entre ellos, el de Susana. El abogado pretende que se localice cuanto antes a este rapado (que en la actualidad se halla en paradero desconocido) para evitar, explica en su escrito, que pueda suceder lo que, al parecer, ha ocurrido, con [los testigos. de este caso] Carlos Ruiz de Castro y Antonio Javier Marugán Delicado". "Cuando [el Juzgadol les ha requerido para prestar decláración [sobre la muerte de Susana]", agrega, "ya era materialmente imposible, por haber fallecidó. ambos en circunstancias extrañas y con posterioridad" a la grabación de la cinta.
Se refiere el letrado a una grabación que dejó Orellana en su casa de Al cobendas antes de huir (y que fue entregada por su madre a la policía), en la que el rapado atribuye la muerte de Susana a una tribu urbana ultraderechista a la que él había pertenecido, Bases Autónomas. En la grabación acusa al. fallecido Ruiz de Castro y a Fernando Perdices (éste último, considerado uno de los dirigentes de Bases Autónomas) con el crimen del pintor Miguel Martín, de 2.4 años, y cuyo cadáver fue hallado en la cuneta de una carretera 15 meses después de su desaparición. Perdices ha declara do ya ante la juez por estas imputaciones y niega tener relación alguna con ellas. El rapado menciona también en
su cinta a Ramón Ramos, quien también ha testificado y, al igual que Perdices, asegura que nada tiene que ver esos crímenes. Ambos creen qué la cinta es una fantasía. El único que queda por testificar es, pues, Orellana, el autor de la grabación, en paradero desconocido des de 1994. Pérez Bolaños so licita también a la juez que autorice a la familia a ex humar el cadáver para ha cerle una nueva autopsia.
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