¿Paz por fin?
RUSIA HA abierto la espita del gas natural que suministra a Bosnia, cumpliendo así uno de los principales requisitos para la firma del acuerdo de alto el fuego gestionado por Washington. No acabarán de inmediato los combates. Hay zonas de importancia geoestratégica que los combatientes quieren asegurar o conquistar antes de dejar de disparar. Seguirán, por supuesto, el goteo de muertes y las columnas de refugiados. La destrucción de existencias y haciendas no ha concluido.Pero se ha dado el primer gran paso en cuatro años para que las partes contendientes concedan un respiro a la vida cotidiana, a la paz, y otorguen una oportunidad para que la convivencia vuelva a extender un tejido de intereses personales, que es la base fundamental de la vida en común de pueblos que siempre vivieron juntos.
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