Del cielo al infierno en dos meses

Del cielo al infierno en dos meses. Ésa ha sido la desconcertante e imprevisible trayectoria del Deportivo. Al final de un verano esplendoroso, los coruñeses eran señalados unánimemente como los principales candidatos al título. Al comienzo del otoño, la incertidumbre y la impaciencia se han instalado en La Coruña. Hasta ayer, el mísero rendimiento del Deportivo en campo contrario se ocultaba detrás del imponente balance en Riazor, donde el equipo no había recibido ni un solo gol desde que Toshack, se instaló en el banquillo. Pero el Racing hizo volar por los aires la fortaleza blanquiazul. Y sobre todo sumió a la afición coruñesa en una duda que atormenta: ¿cómo ha sido posible el desplome del equipo en sólo ocho semanas?.Un debate de proporciones metafísicas. El Deportivo fue ridiculizado por un adversario que se limito a cumplir su trabajo con corrección y a aplicar al pie de la letra el manual del contragolpe. La única lectura positiva de la tarde para los gallegos fue la serena reacción de la mayoría de su público que no se dejó llevar por las voces minoritarias de los que siempre están pidiendo sangre.

En la pretemporada, después de haber humillado al Bayern y al Real Madrid, la gente leyó atónita una declaración de Toshack: "Estamos a medio gas". Sonaba a boutade del galés, pero el tiempo ha venido a darle la razón. O incluso a probar que se había quedado corto. Si la incapacidad del Deportivo para ganar en campo contrario seguía abonando el terreno de la duda, el desastre de ayer introduce elementos más inquietantes. Habrá de nuevo que creer en las palabras del entrenador, quien viene advirtiendo que el equipo no alcanzará su medida hasta noviembre.

Antes, en los días malos el Deportivo al menos se agarraba a su solidez. Ayer estuvo descosido por las cuatro esquinas. Estático y lento en ataque, rutinario en el centro del campo y ausente en defensa. El Racing no necesitó ningún alarde para incendiar la cocina blanquiazul. Miera repartió los papeles del guión y nadie se saltó una coma.