Balón parado
Alineación. Anoche se enfrentaron dos equipos que encabezan la tabla. Les une algo: tiene n una alineación estable. Sus aficionados son capaces de repetirla. Incluso las sustituciones forzadas por lesión o por sanción son previsibles. No es que sea imprescindible tener un equipo fijo, y Cruyff lo ha demostrado, pero ayuda.
Mediar hora. Imponente la primera media hora del Atlético. Un derroche de fuerza para ahogar la salida del equipo contrario. El Espanyol lo pasó verdaderamente mal. Pero algo le faltó al Atlético en esa media hora: Penev. Pesa. mucho en este equipo. Y por eso el Atlético sacó menos renta de la precisa en esa media hora.
Fe y velocidad. Las armas del Espanyol. Herencia directa de su entrenador. Fe para luchar con 10 hasta el final, para acabar el partido asustando al Atlético. Y velocidad como arma principal. Velocidad en la concepción de la jugada y velocidad en las piernas. Algo a lo que se llega cuando en un equipo existe compenetración y entusiasmo. Sincronía entre el que lanza y el que arranca, coincidencia de ideas.
Toque. El buen toque de balón no tiene precio. Antic se presentó en el Atlético con el desconocido Pantic bajo el brazo. Jugador barato, baratísimo, goza del don de los escogidos: un gran toque de balón. A balón parado nadie le iguala. Sus córneres son un dolor de muelas para el equipo contrario. Y sus tiros libres, una amenaza. Anoche el Atlético estuvo menos fluido en el juego de ataque que otras veces, pero ganó. Ganó a balón parado gracias a Pantic.
Diaz Vega. El número uno no está en forma. Hace tiempo que ha corregido su defecto más desagradable, la arrogancia. Pero sigue siendo ligero de tarjeta y menos atrevido en el área de lo conveniente. Puede hacerlo mejor.
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