El crítico criticado

"¿Por qué diablos tiene que ser usted tan crítico?". "Porque soy un crítico". El crítico, que aquí mantiene tal diálogo de besugos con su jefe, se llama Jay, Sherman, y la serie, que Canal + estrena hoy (19.35) dentro de su programación especial dedicada a conmemorar el centenario del séptimo arte, El crítico. Se trata de un producto genuino del boom del dibujo animado para todos los públicos, hijo natural del fenomenal éxito de Los Simpson, con quien comparte creadores, aunque no exactamente el mismo estado de gracia.Que El crítico, una comedia pensada en Estados Unidos para horarios de máxima audiencia, tenga a un crítico de cine por héroe es más raro entre nosotros que en su país de origen, donde los hay ricos y famosos como Gene Siskel y Roger Ebert, con programa de televisión propio y la potestad de juzgar sobre todo lo divino y lo hollywoodiano. Es lo que hace Jay Sherman, el protagonista de El crítico, un profesional muy bien pagado por ser impertinente con la pantalla grande en su programa,

Fuera de su púlpito televisivo, la vida de Jay no es gran cosa. Es un actor frustrado, lo que quiere decir que le va a cobrar al cine todo lo que él cree que no le ha pagado; y la deuda es enorme. No es que el protagonista coincida exactamen te con ese patrón tan popular del reseñador como eunuco vengativo, pero se acerca. Para colmo de males, el hombre no es muy agraciado -calvo rechoncho, barrigón-, "feo incluso", como le espeta una starlette que se mete en su cama para ganarse su aplauso, "hasta para ser un crítico de cine". Evidencia que se hace penosa cada vez que tiene, que sentar a su lado a uno de esos cuerpazos de Hollywood que animan su programa.

La voluntariosa maquilladora y sus guisos capilares a base de complementos, y laca negra a discreción sólo sirven para empeorar el aspecto del confuso Jay. Y suerte tiene si su jefe en la cadena no le, hunde en la miseria con uno de sus inspirados comentarios de megalómano. Su vida personal hay algo de Homer Simpson en su falta de empaque paternal- tampoco es un lecho de rosas. Divorciado y con un hijo de 11 años a su cargo, mal puede transmitir las enseñanzas que sus padres adoptivos, una perfecta pareja wasp, le escatimaron.

La vida es dura para Sherman, pero hay momentos en los que se siente dueño. y señor de cinelandia. Es entonces cuando aplica su shermómetro al último blockbuster. "Apesta", es su sentencia favorita ante los clips de taquillazos como Sólo en casa o la última comedia con niño de Schwarzenegger. Sobra decir que Sherman es de los que prefiere las películas con subtítulos.

El cuadro es prometedor, como lo es la pluma que firma el invento, la de James L. Brooks, Al Jean y Mike Reiss, veteranos de Los Simpson y buenos conocedores del medio que critican. Pero sus invectivas y parodias, que incluyen al showbusiness televisivo y sus más notorios ejemplares, están más cerca de un Neil Simon menor que de la irreverencia del mocoso amarillo.