A corto plazo

El planteamiento actual de los inversores se puso ayer de manifiesto con la reacción tras la colocación de Telefónica. Algo más de 3.500 operaciones pusieron en el mercado más de 10 millones de acciones a unos precios que apenas justifican los gastos, pero que sirvieron para darle a la jornada un tono vendedor aún más fuerte. Los deseos de generar beneficios inmediatos no encuentran acomodo en la actual trayectoria de la Bolsa, con lo que la presión del papel continúa llevando la voz cantante, con contadas excepciones. La contratación fue ayer de 36.500 millones de pesetas efectivas, de los que 16.500 millones correspondieron a la actividad generada por Telefónica.En cualquier caso, el negocio empieza a centrarse en tomo a los 20.000 millones de pesetas efectivas, lo que indica que hay bastante interés en recoger acciones en estos niveles, bien por, evitar la caída del índice por debajo del 300%, bien porque las expectativas a medio plazo no resulten tan negativas como parece a simple vista. Wall Street, con un comportamiento negativo durante la primera parte de la sesión, incidió en la ausencia de reacciones positivas en la Bolsa española, que terminaba perdiendo un 0,63%. El Ibex 35 cedió un 0,69%.