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MUNDIAL DE CICLISMO

Induráin y Olano, máximos favoritos para la contrareloj

Carlos Arribas

Dos españoles son los máximos favoritos para ganar. Y la carrera no es una prueba local ni una etapa montañosa. Miguel Induráin, de 31 años, y Abraham. Olano, de 25, el rey establecido y el pretendiente, son los más temidos en el Mundial contrarreloj que se corre hoy, en Colombia: 42,1 kilómetros entre Palpa y Tunja. Esto es también el ciclismo, español. La mayor emoción de un Mundial reducida a un mano a mano entre dos españoles.

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Induráin lleva años siendo el mejor contrarrelojista del mundo y, a su sombra, ha surgido una generación que le toma como modelo Olano, ganador de las tres cronometradas de la Vuelta, es el que más despunta. Olano dice para fuera que el jefe es Induráin, pero su ambición le dicta que él también puede ganar. Si eso llegara se podría interpretar que el relevo está preparado.Tal es el optimismo que reina en Paipa que se llegaría a considerar un fracaso todo lo que no fuera conseguir el oro y la plata. La información para los que lanzan las campanas al vuelo la proporciona por un lado el nombre de los posibles rivales y, por otro, la dureza del recorrido. Entre los participantes no hay ni un Berzin, ni un Rominger, ni siquiera un Riis o un Boardman -campeón vigente-, los únicos que en algún momento han podido rivalizar con Induráin contra el crono. El navarro, sin embargo, no entra en ese clima y, como siempre, habla de los rivales, a la luz, también, de lo insólito de este Mundial: la disputa en altitud, un elemento que hace que todo se convierta en incógnita. "Quizás sea a mí a quien más bombo se da, que si he estado en Colorado, que, si llevo un mes aclimatándome... ", dice Induráin, "pero hay otros que sin tanta publicidad han hecho el mismo trabajo. Breukink, por ejemplo, llegó a Colorado antes que yo". Induráin también habla del escocés Obree -reciente ganador del Mundial de persecución-, a quien le pone la- pega de falta de fondo y fuerza y de Fondriest, que considera la prueba contrarreloj su único objetivo desde hace meses. Y, claro, también cita a Olano.

La lucha entre el navarro y el guipuzcoano no sólo será la del jefe y el heredero, será también la de dos conceptos de preparación Sabino Padilla, el médico de Induráin, ha trazado el plan de entrenamientos de su paciente. Micliele Ferrari, el médico italiano que ha encumbrado a Rominger, cuida de la preparación de Olano vía fax. Cada uno ha hecho entrenamientos diferentes: uno, fondo; otro, series. Uno, en grupo; el otro, en solitario. Cada uno utilizará un modelo de bicicleta y unos desarrollos distintos. Induráin duda entre su querida cabra-Tour y una bicicleta normal con manillar de triatleta. El viento o su ausencia decidirán a favor de una u otra. Con la cabra, que favorece el aerodinamismo, si el aire está calmo; con la normal, menos pesada, si sopla. Olano, por contra, ya ha decidido: utilizará, un modelo de dos ruedas pequeñas (650 milímetros), con un manillar plano para impulsarse y otro de triatleta. Dicen que con ese modelo se, gana en las subidas dos segundos por kilómetro. Un modelo similar utilizó Rominger en la cronoescalada del Giro.

Si el Mundial es el máximo objetivo de Olano, para Induráin, sin desdeñar el valor del triunfo, la prueba cronometrada también forma parte de un experimento. Según su rendimiento hoy, el navarro comprenderá si su trabajo de adaptación a la altura ha surtido efecto; decidirá, en fin, si está en condiciones de asaltar el récord de la hora.

El recorrido tiene sus bemoles. Olano lo define como una sucesión continua de subidas. Induráin dice que es una colección de repechos -uno, corto, al lado de las tapias del penal de El Barne- con pocas zonas para recuperarse y con un final -la subida al la Plaza de Simón Bolívar de Tunja- terrorífico. El problema que plantea ese recorrido de pura fuerza es el de la recuperación. En altura es muy complicado recuperarse, coger oxígeno, tras un sofocón. Si alguno se quema en un repecho no vuelve a respirar tranquilo. Pero Induráin y Olano son dos especialistas, saben escuchar a su cuerpo como nadie; saben la gasolina que les queda y a qué velocidad la consumen. Para ellos, como para todos los grandes, la regulación de las fuerzas es algo innato. La exigencia del recorrido, que provocará unas medias bajas, en torno a los 45 kilómetros por hora, evitará, por otro lado, las sorpresas: sólo los fuertes puden hacer algo.

Los horarios de salida de los contrarrelojistas más cualificados, que son los que comienzan en último lugar, son los siguientes: 16.14. Graeme Obree (Gran Bretana). 16.16, Pascal Lance (Francia). 16.18, Arturas Kasputis (Lituania). 16.20, Frans Maassen (Holanda). 16.22, Thierry Marie (Francia). 16.24, Rolf Aldag (Alemania). 16.26, Andrea Chiurato (Italia). 16.28, Zenon Jaskula (Polonia). 16.30, Abraham Olano (España). 16.32, Erik Breukink (Holanda). 16.34, Maurizio Fondriest (Italia). 16.36, Miguel Induráin.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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