Álvarez y Perote colaboraron en investigaciones de carácter privado

El comisario Francisco Álvarez y el coronel Juan Alberto Perote tienen mucho más en común que su condición de imputados en el caso GAL y su amistad con el también acusado ex director de la seguridad del Estado Jullán Sancristóbal. Cuando Perote dejó el Cesid, en noviembre de 1991, fue Álvarez uno de sus introductores en el floreciente mercado de la investigación privada y los dossiers comprometedores.Ambos se conocían de la etapa en que, uno desde el servicio secreto y otro desde el Ministerio del Interior, trabajaban en la lucha contraterrorista. En 1985 formaron parte, además, de la comisión gubernamental que efectuó una gira por las embajadas españolas en los países árabe, para revisar sus medidas de seguridad ante el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel.

Álvarez tenía ya dos empresas de seguridad en Barcelona, Check In y Mantenimiento e Instalaciones de Telefonía (MITSA), que trabajaban para el empresario Javier De la Rosa. Perote creó también su propio entramado de sociedades; entre ellas, ZPA Servicios de Informes Técnicos. Ambos, según fuentes de Interior, colaboraron estrechamente en trabajos de investigación privada para De la Rosa y Conde, entre otros.

Es difícil encontrar rastros de esta colaboración, pero no imposible. Por ejemplo, cuando Tabacalera encarga en 1994 a ZPA (Perote) una investigación sobre el contrabando de tabaco en España, el coronel subcontrata a Check In (Álvarez) para que realice la parte del estudio correspondiente a Cataluña.

A finales de 1993, estando Perote contratado como asesor de seguridad de la empresa pública Repsol, Check In se postuló para investigar el fraude del gasóleo en la zona de Barcelona.

"A la policía se le acusa a de proteger las actividades de Álvarez, y al Cesid de encubrir las de Perote. Ahora resulta que ambos iban de la mano", recuerda con ironía un ex alto cargo de Interior.