Los velódromos del récord
José Miguel Echávarri tiene una misión: tenerlo todo preparado para cuando Induráin diga "a por el récord". Y en ese trabajo tiene cientos de ayudantes, tantos como personas pueda cruzarse en unas cuantas horas en el abarrotado velódromo de Bogotá, ayer durante la disputa de la última jornada del Mundial de pista.La primera tarea fue convencer a Induráin de que intentara el récord de la hora en altitud. La primera idea del navarro era regresar a Europa el 9 de octubre y encerrarse en, un velódromo a nivel de mar, donde no habría problemas de viento o lluvia. El argumento de que no debería dejar América sin intentarlo en altitud parece haberle convencido. Fines médicos, experimentales y científicos serían alcanzados aunque no lograra superar los 55,291 kilómetros fijados por Tony Rominger hace apenas un año.
Esto sí que es colaboración ciudadana. Echávarri se pasó un día en Bogotá como un investigador privado. Una pregunta en los labios: ¿Cuál es el mejor velódromo en altura? La competencia se establece entre tres lugares: México DF (2.240 metros ), Bogotá (2.600) y Quito (2.700). Un millón de opiniones después, una sola conclusión: no hay dos pareceres iguales. "Mejor Bogotá que Quito", dicen los pisteros españoles que han competido en los dos Velódromos. "El de Quito tiene unos baches que te hacen ir a saltitos". "Pero el de Bogotá tiene el problema del viento", añade otro. "Sí, pero a las nueve de la mañana no sopla", dice un técnico belga. "El velódromo de Bogotá es el templo de los récords", proclama un periodista colombiano. "Las marcas que se han hecho aquí demuestran que es una gran pista", dice la gloria colombiana Cochise Rodríguez. "Conconi dice que la altitud ideal es la de México. Por encima es más fácil agotarse", dice un periodista italiano. "Pero Conconi no ha experimentado a esta altura, alguien tendrá que ser el primero" se replica. "Lo ideal sería un velódromo cubierto entonces",brilla el listo. "Pero en altitud no hay ninguno cubierto", réplica. "Entonces, a nivel de mar , se vuelve al principio. "Allí habría que buscar uno con una cuerda de 333,333 metros, para que Induráin no se viera penalizado por su escaso aerodinamismo y su gran envergadura", se objeta. "Con el Mundial ya en el bolsillo ¿tendrá Induráin ganas de meterse con el récord?", profetiza el filósofo. "La solución es Moscú", dice José Manuel Moreno. "La mejor pista que conozco, lo mejor hecho del mundo". "Yo en Moscú no correría por nada del mundo", le contradice Escuredo, otro del equipo español de pista. Vuelta a empezar.
"Pero dejará el récord en 58, ¿no?", termina Moreno. Ahí, el silencio.
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