"Liberté, égalité y Mururoa qué"

Los vecinos de Brunete (3.400 habitantes) se han echado a la calle, brocha en mano, y han pintado los 25 metros de valla que rodean las obras de reforma de su Ayuntamiento. Los dibujos, de todos los estilos, son el reflejo de lo que sus autores piensan sobre la paz, el racismo, la ecología o las fiestas del municipio. Así, junto a una estatua de la libertad y con el lema "Liberté, egalité, fraternité... ¿y Mururoa qué", hay una bola del mundo que está enferma por el efecto de la sequía, la contaminación y las guerras; seguida de otro dibujo que refleja el jolgorio de los brunetenses durante los festejos locales.Los responsables municipales, lejos de imponer una sanción a los artistas de la vía pública, le han premiado por su excepcional participación y por haber conseguido ocultar unas obras de reforma que no resultaban nada pintorescas a los ojos de los residentes de Brunete. "Con este concurso hemos descubierto que en el pueblo hay gente que pinta muy bien, así que la experiencia se repetirá", comenta el concejal de Juventud, Juan Antonio Turrero.

La iniciativa de convocar a todo el mundo para que decorase las vallas del Ayuntamiento surgió de su concejalía. "En principio pensábamos traer a grafiteros de otros municipios porque en Brunete no hay, pero después preferimos montar un concurso de pintura tradicional entre nuestros vecinos", añadió el edil.

A la cita concurrieron 50 personas formadas en grupos de cuatro y entre las que figuraban pintores aventajados, como es el caso de varios estudiantes de Artes.

También competían padres contra hijos, e incluso se inscribió en el concurso un equipo formado por niños de 11 años, que recibió un premió especial de 10.000 pesetas por un dibujo en el qué se ve la isla de Mururoa rodeada por barcos franceses que pretenden ejecutar pruebas nucleares y embarcaciones de Greenpeace que quieren evitarlas. "Esa pintura nos hizo mucha gracia, aunque al mismo tiempo refleja la inquietud de unos pequeños por un posible desastre medioambiental", comentó Turrero.

Los premios gordos fueron de 40.000 y 25.000 pesetas, para el primero y segundo respectivamente. ¿Lo mejor?: "Disponer de una pared entera para dibujar lo que te venga en gana", comentó Javier, uno de los participantes. Para la decoración de la valla fueron necesarios más de 120 kilos de pintura plástica, decenas de aerosoles y medio centenar de brochas, todo ello cedido por el Ayuntamiento.

Cuando se acaben las obras, los dibujos decorarán las paredes del colegio público Batalla de Brunete, de esa misma localidad.