Prohibir la guerra en tiempo de paz

¿Qué puede haber peor que la guerra que el mantenimiento en vigor de sus peores plagas cuando ya ha acabado? Es esta constatación (...) lo que se encuentra en el origen de la conferencia que acaba de inaugurarse en Viena y que se dedicará durante tres se manas al problema planteado por la multiplicación de minas antipersonales y las víctimas que causa en todo el mundo. El punto de vista de los que llevaron la iniciativa de la reunión de Viena, que se preocupan sobre todo de hacer declarar fuera de la ley un arma de naturaleza más terrorista que convencional, es que ya no es de utilidad fundamental en el campo de batalla, y que mata o mutila más bien a inocentes, una vez que ha llegado la paz que a combatientes durante los enfrentamientos. (...) Provenientes, sobre todo, de países ricos cuyas poblaciones no tienen nada que temer de las minas antipersonales, pero cuyas industrias de armamento las fabrican y exportan por millones a bajo precio, la iniciativa de Viena no levanta un gran entusiasmo entre los consumidores del Sur y los productores que han tomado el relevo de Occidente, sobre todo, Rusia, China, Egipto, Pakistán y Cuba. "¿Por qué querer prohibir el arma del pobre?", preguntan algunos. (...) Por ello damos la bienvenida a la decisión francesa de renunciar no solamente a la exportación de estas armas, sino también a su fabricación, empezando por destruir sus existencias. 27 de septiembre