Baja política
Yo también creía que el derecho a estar informado de lo que piensan nuestros políticos era un nada desdeñable logro democrático. Ahora, desde el psiquiátrico donde me vigilan para que no intente importarme las venas por tercera vez reconozco que usted y yo, y por lo que veo algún incauto más, estábamos equivocados. Le escribo de parte del director del centro, que no puede porque está con los celadores a ver si consigue quitarles las cuchillas a 10 o 12 recién ingresados.El recado es el siguiente: ruego al señor director impida la publicación en su prestigioso diario de las opiniones vertidas por cualquier político, ya sea de ámbito nacional, regional o municipal, al menos durante el periodo que media entre la fecha de hoy y la de la celebración de las elecciones generales. No es que luego sus discursos no produzcan bajas, pero suelen venir menos tocados y por consiguiente no nos cuesta tanto devolverles la fe en el género humano y, si no las ganas de vivir, por lo menos las de ir tirando- .
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