El PLD japonés elige líder a un defensor del nacionalismo comercial
Ryutaro Hashimoto, ministro de Comercio Internacional e Industria, con fama de halcón en asuntos comerciales, defensor de las posiciones de su país frente a Estados Unidos, dio un paso más hacia su objetivo de convertirse en el próximo primer ministro de Japón al ser elegido presidente del Partido Liberal Democrático (PLD), actualmente en coalición de Gobierno con los socialistas.La victoria de Hashimoto estaba ayer tan cantada que varios candidatos optaron por dejarle el camino libre. Junichiro Koizumi, su único oponente, presentó a última hora su candidatura a requerimiento de los barones del partido, más para ofrecer la imagen de un debate abierto que por sus posibilidades reales de victoria.
Hashimoto obtuvo en el escrutinio 304 votos frente a los 87 de Koizumi. Hashimoto consiguió 239 votos de los 312 parlamentarios del PLD, así como 65 votos por correo de los miembros del partido.
La breve campaña electoral sirvió para que Koizumi, ex ministro de Correos y Telecomunicaciones, cumpliera con su papel en el reparto: ser la víctima propiciatoria inmolada en aras de la imagen rejuvenecida que los liberales, de ideología conservadora, quieren ofrecer a una opinión pública desencantada por los recientes escándalos y por la incapacidad de sus gobernantes para apuntalar la economía.
Hashimoto sigue los pasos de dos de sus mentores bien conocidos: Kakuei Tanaka, el primer ministro más influyente de la posguerra, y Noboru Takeshita, otro ex primer ministro y todavía uno de los barones con más poder entre bambalinas del partido conservador. Tras la votación, Hashimoto manifestó sus deseos "de crear un nuevo liderazgo en el PLD, fresco y estable, capaz de actuar con decisión". Confirmó que, por el momento, su partido seguirá en la coalición con los socialistas del primer ministro, Tomiichi Murayama, y del partido Sakigake, al menos hasta la aprobación de la ampliación del presupuesto.
Aunque Murayama ha requerido una reunión para confirmar las bases sobre las que se estableció la coalición, no son previsibles grandes cambios en el Gobierno hasta que se vote, antes de marzo de 1996, el presupuesto estatal para 61 nuevo ejercicio fiscal. Será entonces cuando Murayama convocará elecciones, lo que propiciará que los conservadores recuperen el poder con Hashimoto a la cabeza.
El principal partido de la oposición, el Shinshinto, considera que los seguidores de Hashimoto acaso han vendido la piel del oso con excesiva premura. Algunos recuerdan que las costumbres del pasado son mera historia; cuando el PLD dominó la escena política durante 47 años, el cargo de presidente llevaba aparejado el de primer ministro.
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