De la Rosa también intentó presionar a Pujol para resolver su situación jurídica y económica
MANEL PÉREZ / BLANCA CÍA, Javier de la Rosa intentó presionar al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, para que interviniera en su favor y paralizara los procesos penales en marcha contra él ante los tribunales españoles y británicos. Al igual que Mario Conde, la lista de De la Rosa también contenía reivindicaciones económicas: 2.000 millones de pesetas como resarcimiento por la pérdida de patrimonio. Pujol no pareció sentirse afectado, pues, según las diferentes fuentes consultadas, no hizo nada. Las relaciones de CiU con el Gobierno central pasaban por uno de sus mejores momentos, por lo que las gestiones de De la Rosa complementaban indirectamente la estrategia de chantaje de Mario Conde -amigo de De la Rosa- sobre el Gobierno.
Poco después de abandonar la prisión barcelonesa de Can Brians, el 14 de febrero, Javier de la Rosa solicitó una reunión urgente con el presidente de la Generalitat. El encuentro se celebró durante los primeros días de marzo en el domicilio particular del consejero de Sanidad, Xavier Trias.De la Rosa planteó a Pujol que quería que las causas abiertas contra él por su gestión en Grand Tibidabo y la demanda de KIO en Londres, a causa de la cual tiene dictada una orden de embargo de sus bienes por 500 millones de dólares, fueran anuladas. Asimismo, tenía la pretensión de que la Generalitat pagara sus deudas con la empresa Grand Tibidabo, de unos 2.000 millones de pesetas, extremo sobre el que ya informó este diario el 19 de marzo.
En esa primera entrevista hubo momentos de tensión cuando Pujol le dijo a De la Rosa que no podía atender a las peticiones que le estaba formulando. De la Rosa hizo entonces referencia a la posibilidad de utilizar informaciones sobre instituciones y personalidades del Estado, aunque no directamente referidas a la Administración autonómica.
Según fuentes cercanas a la Generalitat, Pujol quería evitar que De la Rosa se lanzase a una campaña de declaraciones públicas de desprestigio, como las que realizó el pasado 22 de enero, estando aún en prisión, en relación con su financiación al diario nacionalista El Observador. Ese día, a través de un comunicado afirmó que "sólo dos personas del Gobierno de la Generalitat pueden aclarar este tema, y Javier de la Rosa espera que sean ellos los que lo hagan y no tener que hacerlo él en el juicio".
El Gobierno catalán estaba muy afectado por estas declaraciones, que se sumaban a su imagen de proximidad al financiero, resultado de varios años de colaboración en distintos proyectos. De la Rosa fue calificado de "empresario modelo" por Pujol, a quien echó una mano en la salvación del proyecto del parque temático que hoy es Port Aventura. Dicho proyecto fue tutelado por el consejero de Economía y Finanzas, Maciá Alavedra.
Falta de interés de Pujol
En cualquier caso, las presiones de De la Rosa no parecieron surtir efecto y todas las fuentes consultadas han asegurado que los contactos finalizaron por "falta de contenido y de interés por parte de Pujol". Las mismas fuentes restaron importancia a los contactos y a la propia capacidad de chantaje de De la Rosa, considerado como un bocazas en medios del Gobierno catalán.
De la Rosa y Conde se reunían regularmente e intercambiaban información sobre sus respectivos casos. Durante marzo se reunieron en tres ocasiones, la primera de ellas en la residencia toledana del ex banquero. Desde entonces se ha podido rastrear su trayectoria paralela, incluidas las relaciones de algunos miembros de sus dos familias, En alguna ocasión, el propio De la Rosa relató historias referidas a sus conversaciones con Conde y las utilizó en su actitud amenazante. El ex banquero hizo llamadas a importantes personalidades pidiendo "comprensión" para De la Rosa, a la vista del supuesto material comprometido que tenía en sus manos.
De la Rosa ha manifestado a distintos interlocutores suyos su estrecho conocimiento de la estrategia de Conde y, más concretamente, de la aparición de prácticamente todos y cada uno de los escándalos, que conocía con antelación. Ocurrió con el caso del supuesto tiro en la nuca de la etarra Lucía Urigoitia. La noticia se refería a unos documentos del Cesid sobre la supuesta operación de la Guardia Civil para ocultar pruebas del asesinato de Urigoitia se publicó el 17 de julio. De la Rosa lo supo antes de que se publicase.
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