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"La fecha depende de la estabilidad política"

El pasado 6 de julio, tras la reunión de la comisión ejecutiva del PSOE, Felipe González anunció por vez primera que iniciaría una ronda de consultas con los partidos parlamentarios para fijar el calendario electoral, lo que hizo posteriormente con los nacionalistas catalanes y vascos e IU.

En clara alusión a Convergència i Unió (CiU), señaló que no estaba dispuesto a "gobernar en minoría, sin estabilidad parlamentaria, dando una imagen de que uno sólo tiene interés por permanecer". Afirmó que la fecha de las elecciones dependeria del grado de estabilidad política, y en ella influiría "decisivamente la actitud de las demás fuerzas políticas" en la ronda de consultas.

Aunque dejó abierto un amplio margen para la negociación del calendario, adelantó la primavera y el otoño de 1996 como fechas probables.

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Posteriormente, en su intervención en el pleno del Congreso del 27 de julio, dedicada fundamentalmente a rebatir las acusaciones del ex dirigente socialista vizcaíno Ricardo García Damborenea sobre su presunta implicación en la trama de los GAL, el presidente del Gobierno manifestaba haber "considerado oportuno ofrecer a las fuerzas políticas el adelantamiento de la conclusión de la legislatura para marzo del próximo año ( ... ) con, la única reserva de la consecución de objetivos que considero de interés nacional, como los del ejercicio de la presidencia europea, la aprobación de unos Presupuestos rigurosos que ayuden a la recuperación y al empleo y la conclusión de algunas refórmas pendientes", pero en avanzado estado de tramitación.

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