Ingeniería Política
Desde que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) perdió la mayoría absoluta tras su escisión en 1986, la ingeniería política en Euskadi produce múltiples documentos, reuniones y también acuerdos singulares. La extensión del Gobierno tripartito, PNV, PSE - EE y EA al resto de instituciones vascas ha funcionado a la perfección en las diputaciones y ha salido bien parada en la mayoría de ayuntamientos: 192 de las 250 alcadías han caído de su lado.
Pese a la política de amedrentamiento de la izquierda abertzale -durante la formación de algunos consistorios se reprodujeron las agresiones verbales y físicas y voló alguna urna-, la acción conjunta del tripartito desplazó a Herri Batasuna de nueve municipios donde la coalición independentista había sido la lista más votada.
Pero, a veces, la ingeniería política está reñida con la disciplina de partido, y en muchos pueblos antes que preocuparse por el carné que avala al candidato se priman más las relaciones personales y la labor del día a día.
Si estamos hablando de municipios de menos de 1.000 habitantefla cosa se multiplica.
El tripartito se estrelló en, dos municipios alaveses -Alegría (994 habitantes) y Ribera Baja (388 habitantes)- y contra el consistorio vizcaíno de Gatika (936 habitantes).
En Ribera Baja los dos concejales socialistas dieron el voto al candidato del PP en detrimento de Luis María Angulo del PNV. En Alegría, José Luis Martínez Elejal de (EA) es alcalde gracias a la indisciplina de los concejales de su propio partido en detrimento del candidato del PNV, Félix Bengoa.
En el caso de Gatika, la rebelión de EA posibilitó a Mikel Larrazabal (HB) repetir en el cargo de alcalde otra legislatura.
Nadie en el tripartito reconoce abiertamente que va a ser casi imposible desplazar a estos alcaldes en favor de la lista más votada, pero en privado se afirma que en estos casos "no se va a hacer sangre" como en Arrasate.
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