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Reportaje:

Madrid-Pekín, 30 años de víaje

Merche Comabella rememora la lucha feminista madrileña de hace tres décadas

ALEX NIÑO, Año 1972. Dos madrileñas son detenidas por la policía en la puerta de El Corte Inglés de Raimundo Fernández Villaverde mientras reparten propaganda ilegal. Tras permanecer tres días en la Dirección General de Seguridad y en los calabozos del antiguo Palacio de Justicia son acusadas de pertenecer al Movimiento Democrático de Mujeres (MDM), la primera organizáción feminista de carácter reivindicativo que sur gió en Madrid en 1965, hace ahora 30 años. Una de aquellas jóvenes era Merche Comabella, que tiene en la actualidad 54 años y es propietaria de la librería-cafetería La Madriguera, si tuada en la céntrica calle de Santiago.

Aunque ya existían en la capital la Asociación de Mujeres Universitarias y el Seminario de Estudios Sociológicos de la Mujer, que se dedicaban al trabajo de investigación, es el MDM el primer movimiento que inicia acciones en la calle.

Mientras en Pekín mujeres de todos los países debaten hoy cuestiones como el aborto, los anticonceptivos y la igualdad en el trabajo, hace poco más de 20 años, Merche Comabella estuvo a punto de pasarse dos años en la cárcel por feminista y por protestar delante de unos grandes almacenes.

Merche empezó a militar como feminista en 1967, cuando las mujeres necesitaban todavía la llamada licencia marital para trabajar, salir al extranjero y hasta para heredar, un requisito que no desaparece hasta 1975. "Entonces, la mujer no tenía ninguna capacidad jurídica y el concepto de feminismo, e incluso la misma palabra era prácticamente ignorado por la mayoría de las mujeres y la totalidad de los hombres".

Las primeras feministas madrileñas se citaban en iglesia,s bares, casas particulares, en la calle y hasta en el campo. "No podíamos manifestarnos y, nuestras protestas en la calle se limitaban a aprovechar un semáforo en rojo, cortar el tráfico durante tres minutos y salir pitando porque venía la pólicía. La gente nos consideraba una especie de locas. Sufríamos un rechazo social tremendo. De hecho, hasta 1976 no se produce la primera manifestáción feminista semiconsentida, aunque la policía acabó arrojándonos botes de humo. Ahí, sin embargo, hubo personas que nos aplaudieron. Se había producido un cambio".

Pero, antes de eso, el MDM tuvo que hacer frente a la propia resistencia de las madrileñas. "Si les hablábamos directamente de divorcio o anticonceptivos, nos cerraban las puertas", cuenta Merche; "ahora bien, si les decías que íbamos a hablar de los precios, de las guarderías o de las malas condiciones de las viviendas, sí aceptaban venir a las reuniones, y una vez allí ya podíamos debatir cuestiones más espinosas. Era nuestra estrategia".

La imagen radical

El perfil de la feminista de los años sesenta correspondía a mujeres universitarias, muchas de las cuales procedían de la Institución Libre de Enseñanza, o bien trabajadoras o esposas de trabajadores que empezaban a expresar algunas de sus reivindicaciones. "Pero no es hasta el final del franquismo cuando surge un grupo de mujeres que se corresponde más con la imagen que tenemos de resistente feminista radical, y totalmente inasequible al desaliento", explica Merche.

Reconoce que dentro del movimiento feminista se han producido acciones que no han favorecido su comprensión a nivel general. "Hemos realizado a veces actuaciones demasiado escandalosas y estridentes. Arrancábamos carteles o tirábamos botes de pinturas. Ahora pienso que eso no solucionaba nada, eran acciones que para lo único que servían era para manchar la calle"

"También, al estar volcadas en una lucha activista al cien por cien las 24 horas del día, nos restó tiempo para la reflexión", añade. "Por ese motivo pienso que las feministas hemos perdido el carro".

En la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid hay registradas 159 asociaciones de mujeres, pero es difícil precisar cuántas de ellas tienen un carácter feminista. reivindicativo. "En la actualidad se incorpora poca gente joven a nuestras organizaciones. En parte, porque la situación es infinitamente mejor que hace 20 años y se olvida que hemos atravesado un desierto para llegar hasta aquí. Las jóvenes piensan que estos logros no se pueden perder, y yo creo que sí. En algunos países se está retrocediendo en el derecho al aborto y al uso de anticonceptivos, e incluso se ha perdido terreno en el ámbito laboral".

Merche milita en la Federación de Mujeres Flora Tristán y en la Fundación Ciffe (Centro de Investigación y Formación Feminista), y por allí se acerca de vez en cuando, en el tiempo libre que le queda tras atender su librería-cafetería. La Madriguera. Aunque no lo considera un local exclusivamente feminista, en él prepara para este otoño un programa de actividades, culturales y tertulias dedicado a la mujer y que ha llamado Un mundo que ganar.

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