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Los tenderos de Serrano creen que el nuevo centro comercial estimulará la 'acera maldita'

Antonio Jiménez Barca

La gente pasea más en la calle de Serrano por la acera de los pares; los comerciantes lo saben y abren allí sus tiendas, con lo que aún más personas, a su vez, olvidan el lado impar de la vía, que tiene más bancos y más oficinas, pero menos escaparates. El centro comercial Abc Serrano, erigido en la antigua sede del periódico Abc, en el número 61 de esta calle ambivalente, y cuya apertura está prevista para el 10 octubre, pretende invertir esa ley no escrita.

El reclamo para atraer paseantes consiste en 14.000 metros cuadrados, cuatro plantas, 350 plazas de aparcamiento, 100 tiendas, dos restaurantes -uno de lujo- y una terraza. El esqueleto del futuro centro comercial ya está acabado. Después de cuatro años de obras, la sede del diario Abc, construida por el arquitecto José López Salaverry en 1890, se ha transformado en un inmueble capaz de albergar un centenar de tiendas y de acoger a las 20.000 personas que, según las previsiones, visitarán diariamente el lugar. Los obreros ultiman ahora los armazones de lo que serán los comercios, todos bajo la consigna de abrir el próximo 10 de octubre.El nuevo centro comercial aporta además una ventaja urbanística, ya que sirve de paso pedestre entre la Castellana y la calle de Serrano. La antigua sede del Abc ocupaba tres edificios: uno, con fachada en la calle de Serrano, albergaba la dirección y administración del diario; las rotativas ocupaban el segundo de los edificios, que mira a la Castellana; el tercero, que une los anteriores, era el destinado a redacción y almacén.

La mayoría de los comerciantes de la zona no teme la competencia del centro Abc Serrano; al contrario: confían en que el tirón de gente, presumiblemente atraída por los nuevos comercios, beneficie a todos. Es lo que los americanos denominan el fenómeno ancor (ancla, en inglés), que consiste en que un edificio emblemático y con carácter (el edificio ancla) atraiga a un aluvión de compradores, lo que es aprovechado por las tiendas que florecen a su socaire. De esta manera, la acera maldita de los números impares en Serrano pasará a igualarse Con su hermana. En eso confía Luis Ramos, ingeniero de Plataforma 61, empresa promotora del centro comercial. La estrategia comercial es aun más refinada: según cuentan, las dependientas de una tienda de ropa emplazada cerca del futuro centro, éste puede conseguir que las personas que recorren Serrano desde la plaza de la Independencia con ánimo comprador "crucen Ortega y Gasset y sigan para arriba; la mayoría no lo hace ahora mismo". "Zara y Musgo [tiendas de ropa y regalos, repectivamente, que ocuparán un lugar privilegiado en el futuro centro comercial] atraerán compradores", vaticinan las dependientas.

Quienes no las tienen todas consigo son los comerciantes del centro Serrano, que acoge 30 tiendas y está situado justo enfrente de la antigua sede de Abc: "Aquí hay un 50% a favor del nuevo centro, según lo veo", dice Filippo Zaratin, propietario de una tienda de camisería italiana.

Pablo Ramos, miembro de Larry Smith & Durco, empresa consultora encargada de gestionar el futuro centro, está convencido de que el tal efecto ancla funcionará en la zona; "Aquí no va a haber grandes superficies, no abrirán supermercados, sino muchas tiendas que atraerán más gente; cuando se abra El Corte Inglés de Serrano [en la antigua sucursal de Galerías Preciados, en la acera maldita de los impares], será todavía mejor". El alquiler de un metro cuadrado en este futuro centro comercial, según Ramos, oscila entre las 6.000 y las 12.000 pesetas al mes.

Despacho restaurante

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Mientras tanto ajenos a la táctica de atracción de clientela, los obreros terminan de convertir la sede de un periódico en un moderno zoco: el elegante y antiguo despacho del fundador y primer director del Abc, Torcuato Luca de Tena, será parte de un restaurante de lujo; idéntica función desempeñarán la sala de baile y el patio andaluz, lugares que acogieron en su tiempo -principios de siglo- la primera redacción del periódico y que, como su propio nombre da a entender, conservan rincones y detalles preciosistas.Ramos enseña el gran tejado del centro comercial, con fenomenales vistas a la Castellana: "Aquí habrá una terraza para tomarse una cerveza; será la única auténtica terraza de la Castellana, porque está en alto". ¿Y los redactores del periódico? Ramos, que los ha invitado a ver su antiguo lugar de trabajo, comenta, con algo de ironía: "Siempre buscan su mesa, o donde estaba".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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