Dos aviones de Alitalia, a punto de chocar por conflictos laborales
El marasmo de conflictos laborales que afectan desde hace meses a la aviación civil italiana, para desgracia de pasajeros expuesto a malos tratos, cancelaciones y, según se ha visto ahora, incluso a peores riesgos, registró un hito a las 21.30 horas del pasado domingo, cuando un reactor MD-80 de Alitalia evitó en el último minuto chocar con otro similar de la misma compañía. Ambos aparatos volaban a unos 4.000 metros de altura y 36 kilómetros al norte de Parma, cargando en total más de 300 pasajeros. Los controladores de vuelo, que la semana pasada declararon una serie de huelgas replanteadas como trabajo lento desde que las prohibió el Gobierno, descartan cualquier responsabilidad propia y culpan a los pilotos, que también llevan meses en estado de agitación, con plantes salvajes y bajas masivas por enfermedad que han llegado a diezmar la plantilla.
Uno de los aviones implicados en el incidente del domingo acababa de despegar del aeropuerto de Linate con cuatro horas de retraso debido a problemas de control. El otro, procedente de Palermo, esperaba volando en círculos, a que le fuera autorizado el aterrizaje en Milán, donde, debido a la congestión provocada por la huelga, no tenía aparcamiento. El piloto de este segundo aparato pidió autorización para aterrizar en Bérgamo, cuando advirtió que comenzaba a escasearle el carburante. Poco después, los dos aparatos se avistaron. El piloto del avión en despegue dio un giro de 60 grados para alejarse del peligro, perdiendo cota durante 30 interminables segundos que los espantados pasajeros dicen que no olvidarán fácilmente. Ayer quedó establecido que, al avistarse, los aviones se encontraban a sólo 1.800 metros y menos de nueve segundos del choque.
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