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Entrevista:

"Quiero encierros de dos o tres minutos como máximo"

Vicente G. Olaya

Julio Pacheco, de 55 años, ex alcalde de Humanes (8.800 habitantes) y ex diputado del PP en la Asamblea regional, es el nuevo director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad. Pacheco, que se mantuvo 16 años como regidor del único pueblo del PP en el llamado cinturón rojo del sur, fue derribado por una moción de censura el pasado mes de abril. Sin embargo, no dejó el sillón por las buenas. Durante el año anterior a la moción de censura se agarró al cargo con artimañas. Fue capaz de recusar a un edil de la oposición (Lisardo Rodríguez, del CDS) para mantenerse en el poder.

Pero Pacheco, conocedor del daño que causaba a la imagen del PP y para no desacreditar al "partido de sus amores", rompió el carné, abandonó el escaño y se convirtió en alcalde independiente. Sólo cuando una sentencia del Tribunal Superior de Justicia le obligó a convocar el pleno, Julio Pacheco dejó de luchar. Fue el único de los cuatro alcaldes del PP que en el anterior cuatrienio acató la orden de los tribunales y convocó la moción de censura. Posiblemente, su designación como responsable del Centro de Asuntos Taurinos sea el pago a su lealtad política.

Pregunta. ¿Roma paga leales?

Respuesta. Roma premia señores.

P. ¿Se arrepiente de no haber convocado la moción de censura?

R. Vistas las consecuencias que me ha acarreado, sí. Pero en aquel momento creí defender la democracia frente a gentes que vienen a servirse de la política, no a servir.

P. ¿Tiene algún consejo para el alcalde de Torrejón de Ardoz [87.200 habitantes], del PP, que hace unos días rechazó una moción de censura por "defectos de forma"?

R. Con independencia de que un alcalde tenga o no razón para rechazar la moción, mi consejo es que debe convocarse el pleno: luego, hay que marcharse. Tengo experiencia [sonríe ligeramente].

P. ¿Sabe Alberto Ruiz-Gallardón de toros?

R. El presidente es una persona que entiende de todo. No obstante, creo que es más futbolero que taurino.

P. ¿Cuáles serán sus primeras medidas como gerente?

R. Quiero regularizar los actos taurinos rurales y, sobre todo, crear un reglamento para los encierros. Me reuniré con los alcaldes, los políticos, la Delegación de Gobierno y Protección Ciudadana para redactar juntos este reglamento.

P. ¿Tiene ya alguna idea?

R. Me gustaría que la duración de los encierros no superase los dos o tres minutos. Luego, cuando las reses lleguen a la plaza, que estén todo el tiempo que el público quiera. Pero los encierros deben ser muy cortos. Un animal tiene un cuarto de hora bueno. Luego, se arrincona y sufre. Mi ideal de encierro es el de San Sebastián de los Reyes [56.900 habitantes]. No se puede tener al bicho corriendo dos horas por la calle.

P. ¿Qué piensa de las vallas que se instalan en el recorrido?

R. Verticales siempre. El toro no las puede levantar y la gente no se apelotona sobre ellas. Muchos accidentes se producen porque los corredores no pueden, saltarlas porque están repletas de corredores.

P. ¿Se hacen muchas barbaridades en los pueblos?

R. Menos de las que los medios de comunicación difunden. De todas formas, siempre hay algún desalmado que intenta hacer daño a los animales y todo se amplifica. Las cosas se sacan de contexto.

P. Pero, ¿no son los pueblos los que exigen estas tradiciones?

R. No. Yo he sufrido 48 encierros como alcalde. No existe una legislación concreta a la que agarrarse. A veces te piden cosas que rozan la legalidad y tú intentas contentar a todos. De todas formas, los mozos de los pueblos son los primeros en rechazar y evitar que alguien quiera hacer daño a una vaca. Cuando en Humanes pasaba algo así, esa persona no volvía a pisar la plaza en la vida.

P. ¿Qué le parece el toro embolado de Torres de la Alameda [3.580 habitantes]? (A la res le colocan dos bolas ardientes en la testuz).

R. Cuando era un simple aficionado me parecía intolerable. Ahora no he cambiado de opinión. Según el reglamento, el toro embolado es ilegal y el reglamento debe cumplirse.

P. ¿Qué piensa de las características de los animales que se lidian por los pueblos?

R. En muchos municipios, se sacan a la plaza toros, no ya afeitados, sino desmochados. Hay utreros (toros de tres años) y erales (de dos años) que superan bastante el peso adecuado. Es una vergüenza.

P. ¿Fiestas taurinas en todos los pueblos?

R. Por supuesto. Los toros dan vida y contenido a las fiestas. Son más importantes que las procesiones [vuelve a sonreir]. Unos festejos sin toros son inconcebibles.

P. ¿Qué sabe usted de toros?

R. De eso no saben ni las propias vacas.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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