Lo siento
Señor Chirac: soy un pez del atolón de Mururoa, aunque me temo que por poco tiempo. Citando he celebrado acontecimientos importantes a lo largo de mi vida lo he hecho brindando con champagne; luego, cuando vinieron los niños, naturalmente de París, los he transportado en automóviles franceses, los he alimentado con productos franceses que he comprado en establecimientos también franceses. Pero gracias a su glamour nuclear ya no volveré a celebrar, ni a comprar productos franceses en sus supermercados. No sabe cómo lo siento.- Juan A. Villalba Bagé.
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