España pierde competitividad y baja al puesto 28 mundial
La economía española pierde competitividad, debido a la crisis política y a la intervención estatal. Ésta es la conclusión del Informe de 1995 sobre la Competitividad en el mundo publicado por el Foro Económico Mundial. Si en la edición de 1994 España ocupaba la posición vigésimocuarta, al nivel de Corea y México, en el informe de 1995 ha descendido a la vigésimooctava, por detrás de Thailandia y Egipto y por delante de Argentina e Italia. Tan sólo Italia, Portugal y Grecia, de entre los Quince, figuran por detrás de España en los 48 países analizados.
Según el ranking de 1995, Estados Unidos es el país más competitivo del mundo. Japón ha perdido posiciones respecto a 1994; entonces ocupaba el tercer lugar mundial (ahora es cuarto). Alemania pasa del quinto al sexto puesto. Si se toma la competitividad norteamericana como base 100, Singapur tendría el 95,3, Hong Kong el 84,7, Japón el 81,1, Suiza el 80,7 y Alemania el 79,1 España cuenta con algo más de la mitad de la competitividad de EE UU (52,5). En su entorno, Egipto tendría el 53,3 y Argentina el 51,6.
Para medir la competitividad, el Foro analiza ocho factores: calidad de infraestructuras, internacionalización de la economía, gestión empresarial, política económica del Gobierno, desarrollo en I + D, calidad de los servicios financieros y de los mercados, cualificación de los recursos humanos y evaluación macroeconómica.
España ocupa el puesto cuadragésimo en influencia de la política económica en la competitividad; el trigésimo tercero en calidad de mercado de capitales, el trigésimo segundo en solvencia de indicadores macroeconómicos, el vigésimo octavo en cualificación de recursos humanos y el vigésimo quinto en infraestructuras.
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