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Calendarios

Enrique Gil Calvo

Este curso político comienza bajo el signo de la confusión. Y a ello ha contribuido simbólicamente esa metáfora de nuestra cosa pública que es el nacional-futbolismo, con su monstruosa salida del galimatías jurídico-deportivo creado este verano. ¿Cabe un adefesio más contradictorio que ampliar la Liga incorporando a dos equipos cuyo único derecho para ello depende de que se expulse a otros dos, pero a la vez manteniendo a éstos cuyo derecho para ello depende de que se expulse a otros dos, pero a la vez manteniendo a éstos cuyo derecho a permanecer impide que se incorporen aquéllos? Semejante confusión entre el formalismo jurídico y las reglas deportivas de juego condujo a dictar un veredicto salomónico que apaciguase los ánimos a costa de ignorar el sentido común, creando así múltiples problemas de calendario.Una ceremonia de la confusión como ésa sólo podía ocurrir en un país afectado por dilemas jurídico-políticos igualmente absurdos, pero mucho más monstruosos. Es fácil trazar un paralelo con el juicio kafkiano al que van a ser sometidos cuatro aforados a causa de su confusión entre responsabilidades penales y políticas; es decir, como en el caso del fútbol, a causa de la contradicción entre el formalismo jurídico y las reglas políticas de juego limpio. ¿Habrá que adoptar parecidas soluciones salomónicas, como ascender a Aznar y a Anguita al Gobierno, pero sin que desciendan por ello González ni Pujol? No parece que nuestro desprecio del sentido común llegue a tanto, pero es seguro que se darán, como en el fútbol, problemas de calendario. Por una parte, está el calendario electoral, en principio pactado con Pujol para celebrar en noviembre las autonómicas catalanas y dejar para primavera las elecciones generales. Pero ahora CiU teme que le acusen de complicidad con aforados, si es que el Supremo decide inculpar a Barrionuevo, en cuyo caso parece que dejaría caer a González a su suerte, provocando la disolución anticipada de la legislatura. Sin embargo, es dudoso que el calendario de la Sala Segunda le permita a Pujol saber a tiempo si se procesa o no a Barrionuevo.

Y la confusión del calendario de Aznar no es menor que la del de Pujol. Ahora salta el PP con que lo importante no son las responsabilidades penales, que teme ver sobreseídas, sino las políticas, por lo que vuelve a exigir la dimisión inmediata de González sin esperar a que se produzcan las quizá dilatadas resoluciones judiciales. Y por eso afirma Aznar que es un disparate hacer depender el calendario electoral del Tribunal Supremo. Pero como también resulta todavía posible que la Sala Segunda, en efecto, decida por fin inculpar a Barrionuevo, ahora añade Aznar que a ellos, en realidad, les convendría más que se aplazasen las elecciones hasta la primavera, a fin de poder explotar el goloso filón que supondría su procesamiento, pues si se adelantasen al otoño sería demasiado pronto para eso, al no haber tiempo suficiente para que la inculpación se hiciese firme.

Para confundir más las cosas, a todo esto se añaden las, distorsiones imprevistas que puedan introducir los demás calendarios. Tenemos ante todo el calendario presupuestario, a pactar con un renuente Pujol, cuyas anteriores preocupaciones por la gobernabilidad y la economía productiva han quedado completamente olvidadas al ser superadas por su actual alarmismo electoral. Pero también pende la incertidumbre del calendario judicial: y no me refiero sólo al ya citado del Tribunal Supremo, sino sobre todo al del inflexible juez Garzón, que se guarda en la cartera el sumario del caso Monbar hasta hallar la mejor ocasión para volver a inculpar a González con los papeles de Perote sobre la fundación de los GAL. Y aún queda otro calendario más: el de cuáles sean los momentos más oportunos para filtrar a la prensa nuevos escándalos a fin de que la honda de David lance definitivas andanadas de mundicia contra el cadáver político de Goliat. Y ante tanta confusión de calendarios políticos, ¿cómo extrañarse de que el respetable le vuelva la espalda a la cosa pública y se entregue de lleno al estupefaciente calendario futbolístico?

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