El comando que intentó volar el cuartel de Arnedo escapa del cerco de cientos de agentes en Álava
Varios cientos de agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional y Ertzaintza participaron ayer en la segunda jornada de búsqueda de los tres presuntos activistas del comando Donosti de ETA, que según las pesquisas Policiales, podrían encontrarse escondidos en la alavesa Sierra de Badaya. Reanudaron sus trabajos de rastreo en medio de una niebla que impedía ver más allá de 10 metros, y bien entrada la tarde seguían avanzando palmo a palmo en la zona más alta y frondosa de la sierra. Unidades motorizadas y patrullas a pie permanecieron durante todo el día registrando casa a casa los pueblos de las inmediaciones. Fuentes de Interior sospechan que los etarras han logrado eludir el cerco y hallar refugio fuera de esa zona.
"Es zona restringida, no puede pasar" advertía un agente en el cruce de Hueto Arriba. La sierra de Badaya dibuja en las proximidades de Vitoria una S de unos diez kilómetros de largo por cuatro de ancho, orientada hacia el norte. Combina pequeñas praderas limpias con zonas de casi imposible acceso debido a la vegetación, y hay numerosas grutas en la zona que mira al aeropuerto de Vitoria-Foronda. Su parte más alta, punta Oteros, tiene 1.031 metros. Entre el aeropuerto y la sierra se encuentran once pequeños pueblos de la llanada alavesa que viven fundamentalmente de la siembra de cereales.La dificultad del terreno, a pesar de las dimensiones del área de búsqueda, fue la principal razón del gran despliegue policial. El delegado del Gobierno en funciones y gobernador civil de Álava, Víctor García, recibió ayer refuerzos de San Sebastián, Bilbao y Logroño. "Espero que la búsqueda de sus frútos", indicó, "y que la hipótesis de que los terroristas están escondidos sea la buena".
En la operación, decenas de agentes peinaban a pie las laderas en dirección a la parte más alta del monte. Varias patrullas continuaron la labor de control en las viviendas de los pueblos registrando casa a casa con el consentimiento de los propietarios. En ambos casos se utilizaron unidades con perros adiestrados.
Para orientar mejor el rastreo, algunas unidades recorrieron los arcenes de los accesos a las aldeas, en busca de restos de sangre del activista herido, o cualquier evidencia que les pusiera sobre la pista del camino que tomaron en su huida, tras abandonar el coche. El calor hizo menos llevadera la ropa de faena de los agentes y el chaleco antibalas. "Los ciudadanos están colaborando", indicó satisfecho un guardia civil.
El último vehículo que robó el comando después de atentar contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Amedo, en La Rioja, fue encontrado a las siete de la mañana del jueves en Martioda, en pleno corazón del área de búsqueda. Sin embargo, el coche había sido abandonado una hora larga antes de su localización. El pueblo está situado a menos de 10 kilómetros de Vitoria y de las autovías de Madrid, Bilbao y Zaragoza.
Zona restringida
Los accesos a Martioda, Hueto Arriba, Hueto Abajo, Ullívarri Viña, y Artaza- los pueblos más próximos a la sierra- fueron declarados zona restringida y de acceso limitado a lo largo del día. Un helicóptero sobrevoló varias veces la zona a lo largo de la jornada y patrullas del Cuerpo Nacional de Policía se apostaron en puntos estratégicos para evitar una posible fuga de los etarras. La Ertzaintza colaboró en la operación contro lando el tráfico de la autovía con varios controles en los accesos.
El director general de la Guardia Civil, Ferran Cardenal, declaró'ayer que todo permite suponer que el frustrado atentado contra el cuartel de Arnedo fue una respuesta de ETA a las detenciones practicadas en relación con el compló terrorista encaminado a asesinar al Rey en Mallorca. "Es una hipótesis que no se puede descartar", dijo Cardenal a Catalunya Radio.
"El atentado de Arnedo no les ha salido bien porque no pudieron colocar los artefactos explosivos donde querían. Fue un atentado con huida precipitada, que no consiguió, afortunadamente, lo que [los etarras] querían", declaró Cardenal.
La intención de los terroristas, según fuentes de la investigación, era colocar unas mochilas bomba para hacer estallar un depósito de combustible de 12.000 litros de capacidad enterrado en el patio trasero de la casa cuartel de Arnedo. Sin embargo, los etarras tuvieron que huir precipitadamente al ser descubiertos por dos agentes de la Policía Local, dejando los 50 kilos de amosal abandonados a unos cinco metros del depósito. La explosión produjo heridas a 40 personas y daños a 30 automóviles.
Fuentes policiales creen que los autores del atentado fueron miembros del comando Donosti, entre los que se encuentra Francisco Segurola. Esta sospecha se sustenta en diversos indicios, entre ellos la pistola Browning abandonada por los terroristal en el coche Opel Kadett utilizado en el atentado y que presuntamente fue el arma empleada para asesinar hace seis meses al dirigente del PP vasco Gregorio Ordóñez y al sargento de la policía municipal donostiarra Alfonso Morcillo.
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