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El enfado de Finito

Antonio Lorca

Pereda / Joselito, Ponce, Finito

Toros de José Luis Pereda, desiguales de presentación -el 3º, anovillado y encastado-, muy flojos y mansos. Joselito: ovación y silencio. Enrique Ponce: ovación y oreja. Finito de Córdoba: ovación y palmas. Plaza de Málaga. 17 de agosto. 5ª corrida de feria. Casi lleno.

Lo que son las cosas: Finito se enfadó y dibujó el toreo. Dos milagros en uno: el primero, que este torero cambie el semblante, y el segundo, que el toreo resplandezca.El suceso ocurrió en el tercero de la tarde, un animal muy chico y manso, que provocó las protestas del público. El toro huía de su propia sombra, mientras ofrecía muestras de flaqueza y al torero se le mudaba la color. Apretó con genio en el caballo, y la cuadrilla provocó el choteo general en el tercio de banderillas. Cuando Finito tomó la muleta, la plaza era un clamor de protestas contra el presidente, el ganadero y el vecino de al lado. Se presagiaba, pues, una labor de trámite, pero Finito enseñó la muleta, emergió la casta del animal y surgió una tanda de derechazos muy aceptables.

Se acallaron las protestas y la gente se dispuso a disfrutar. Fueron tres tandas con la mano derecha de toreo cálido, arrebatador, largo, hondo y bellísimo; un toreo de cartel. Así fue la transfiguración de Finito, que sólo pudo torear por la derecha porque el encastado novillo se negó a embestir por el lado contrario. Cuando los tendidos aún no salían de su asombro, el torero montó la espada y todo el encanto se esfumó. Sin recato alguno, se echó fuera tres veces y todo el regusto anterior quedó en una cariñosa ovación. Muy animoso en el sexto, más parado, toreó decidido al natural.

También toreó de manera excelente Enrique Ponce al quinto de la tarde, un manso muy parado al que le plantó cara con auténtica gallardía. Su labor fue meritísima, no sólo porque arrancó varias tandas a un marmolillo, sino porque los pases por ambas manos fueron largos y profundos. Cortó una oreja ganada a ley porque se jugó el tipo con valor auténtico.

También Joselito toreó, aunque su maestría no llegó a los 30 segundos.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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