La intervención de los bancos centrales de EE UU, Alemania y Japón dispara el dólar
La intervención concertada de los bancos centrales de EE UU, Japón y Alemania catapultó ayer el dólar hacia alturas insólitas y cogió por sorpresa a los especuladores, que no tuvieron más remedio que bailar al ritmo marcado por las instituciones bancarias. La divisa norteamericana ganó tres yenes y avanzó también respecto al marco situándose en el mejor nivel de los últimos seis meses. La acción afectó también seriamente a la peseta: en el mercado de Nueva York, un dólar costaba ayer al cierre 125,38 pesetas, una notable diferencia respecto a las 122,67 del lunes.
En Washington, tanto la Reserva Federal [banco central de EE UU] como el Departamento del Tesoro no aportaron ayer comentarios oficiales a la intervención concertada. El secretario del Tesoro, Robert Rubin, se limitó a confirmarla en un escueto comunicado: "El Banco de la Reserva Federal en Nueva York ha operado en los mercados de cambio en nombre del Departamento del Tesoro y de la Reserva Federal y de acuerdo con las autoridades japonesas y alemanas".Las compras masivas de dólares por parte de los tres bancos, a los que se sumó también el Banco Nacional de Suiza, tuvieron un efecto inmediato en los mercados y obligaron a los operadores privados a sumarse a la corriente. La Bolsa de Nueva York no parecía impresionarse por las buenas noticias sobre el dólar: el índice Dow Jones perdió 19,02 puntos tras recuperarse de los 41 negativos. El desánimo de Wall Street estaba motivado por la desaparición de las expectativas sobre posibles descensos en los tipos de interés.
El dólar ha ganado un 6,5% con respecto al yen, que ayer cerró a 96,90, y un 4% con respecto al marco, que lo hizo a 1,4775, desde el pasado 1 de agosto, la víspera del anuncio de medidas de respaldo a las inversiones en el exterior por el Ministerio de Finanzas japonés. El anuncio de la notable disminución del desequilibrio comercial entre los dos países fue ayer determinante para respaldar la solidez del dólar, apoyado también por los últimos datos positivos de la economía en EE UU.
¿Qué está ocurriendo? "En el pasado, los bancos centrales han intervenido para tratar de evitar la caída del dólar. En los dos últimos meses, ha habido un cambió de estrategia: en julio, el dólar estaba subiendo y los bancos de Japón y EE UU actuaron conjuntamente para reforzarlo todavía más", analiza John Praveen, de Merrill Lynch. "En los dos últimos días, el dólar estaba subiendo por su cuenta, respaldado por las fuerzas del mercado, y los bancos centrales han vuelto a intervenir para ampliar y consolidar la subida
Para Praveen, hay una coincidencia de intereses: Japón quiere un yen más débil para estimular sus exportaciones y reanimar su economía. EE UU coincide con este objetivo, porque su economía depende en parte de Japón por lo que se refiere a los movimientos de capital. Además, hasta ahora EE UU podía estar interesado en un dólar débil, cuando estaba negociando sus problemas comerciales con Japón y manejaba el asunto como una herramienta de presión. Ahora que los problemas, están provisionalmente solucionados, EE UU puede reforzar el dólar".
El anuncio de ayer de la disminución del desequilibrio comercial entre Japón y EE UU inyectó más vitaminas en el dólar y sirvió para engrasar la operación concertada y estimular la compra de divisas norteamericanas. Es el segundo mes consecutivo que el desequilibrio comercial entre los dos países se acorta, y la base de este movimiento está en la disminución en un 31% de las exportaciones japonesas de automóviles. Caen también las ventas de ordenadores personales, equipos audiovisuales y acero.Todo ello ha conseguido que por primera vez en tres años, descienda el conjunto de las exportaciones de Japón a EE UU, una tendencia que debería mantenerse en los próximos meses.
Con esta perspectiva, no es extraño que la mayoría de los expertos coincidan en señalar que la clave de la salud del dólar está en buena medida en manos japonesas, un elemento que impregna de incertidumbre las predicciones sobre el efecto a largo plazo de las medidas de estímulo de las autoridades de Tokio para las inversiones en el exterior y sobre los movimientos de los tipos de interés en Japón y Alemania. El cambio del dólar a 100 yenes o a 1,5 marcos parece estar a la vuelta de la esquina, según las previsiones de los más optimistas, aunque los análisis sobre el futuro de la recuperación del dólar son muy dispares.
Algunos economistas y firmas de inversión de los principales mercados financieros mantienen un cierto escepticismo sobre el alcance de la recuperación del dólar y dudan que se pueda prolongar más allá de agosto.
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