La segunda generación de satélites Meteosat, permitirá detectar fuegos cada 15 minutos
Los países del flanco sur europeo se alían para prevenir los incendios forestales
Los satélites NOA fotografían el espacio terrestre con una frecuencia de seis horas; tiempo suficiente para que, de saltar la primera chispa de un incendio, éste se haya extendido pelígrosamente. Los países del flanco sur europeo -España, Grecia, Italia, Francia y Portugal- han conseguido que la UE comprometa ya 1.035 millones de ecus (165.600 millones de pesetas) para poner en marcha la segunda generación de satélites Meteosat, que permitirá detectar fuegos cada 15 minutos. Con tal frecuencia, la prevención de incendios será mucho más efectiva.
Los satélites actuales (NOA) fotografían el espacio terrestre en órbitas verticales, con una definición de hasta un kilómetro cuadrado y una frecuencia de seis horas al día. En ese espacio de tiempo, cualquier foco incendiario es capaz de extenderse con la velocidad de un torrente, si es empujado por unas temperaturas y vientos favorables. La información de los NOA no resulta eficaz para combatirlos. Llega tarde.Desde que los incendios forestales se han convertido en una de las peores catástrofes naturales del país (de 46.701 hectáreas quemadas en 1961 se pasó en 1994 a 432.252 con 95.000 millones de pesetas en pérdidas), su combate figura, con muy desigual suerte, entre los objetivos prioritarios de las comunidades autónomas, sobre cuyas espaldas recaen desde 1984 todas las competencias en esta materia.
"La coordinación de los servicios de extinción entre las comunidades autónomas, cuando ocurre un incendio que afecta a un espacio limítrofe, es un desastre. Se han dado casos de guardas forestales que al llegar a su límite territorial dicen: 'Yo de este cortafuegos no paso, porque no tengo competencias. Más allá de la línea hay otros mandos, otras directrices", afirma Gonzalo Gómez-Arnau, autor de un informe sobre las motivaciones de los incendios forestales intencionados, durante los años 1992 al 1994.
Lejos de la diversificación de competencias para abordar el desastre de los incendios forestales, la tecnología no deja de ofrecer soluciones aparentemente milagrosas, si se contrastan con la, cruda evolución de la superficie devastada por el fuego en los últimos años.
Así, el Instituto Nacional dé Meteorología, azuzado por los compromisos de los planes de protección civil, inició en el año1992 un operativo para facilitar al ICONA y luego a las comunidades autónomas, una predicción sobre, los índices de riesgo de incendios en la temporada veraniega. Para ello se basó, inicialmente, en los datos suministrados por seis estaciones, con los cuales elaboraba una predicción diaria sobre el riesgo de incendios en las 24 horas siguientes.
A partir de 1992, comenzó a elaborar unos índices de riesgo en función de la temperatura ambiental, la velocidad del viento y el grado de humedad de la vegetación, con información extraída de 93 estaciones propias y otras 173 autonómicas. La predicción se mejoró un año después al ofrecer a las entidades interesadas un mapa diario zonal al mediodía, con una indicación del riesgo de incendios con los indicativos de prealerta, alerta, alarma y alarma extrema. Siempre teniendo en cuenta la previsión de tormentas, los rayos, la temperatura ambiental, la humedad de la vegetación y la velocidad y dirección del viento, decisivas para *la expansión de los, incendios.
Estas alertas parece que sólo fueron útiles el mismo año que se introdujeron porque, al siguiente, los incendios arrasaron una superficie cinco veces superior; 432.252 hectáreas, tantas, como la que ocupa toda la provincia de Pontevedra.
Manuei Bautista, director del Instituto Nacional de Meteorología (INM), dice que lo relevante en el control de los incendios forestales no sólo es identificar las zonas de riesgo mediante la detección de las zonas proclives y la fragilidad a la combustión de las masas forestales. Para su propagación es decisiva la dirección y velocidad del viento y la humedad ambiental.
Con el fin de perfeccionar esta información el INM ha asumido, con el apoyo de Portugal y los países mediterráneos de la configuración de España la puesta en marcha del proyecto PROFIRE (prevención de incendios) en el que la Unión Europea ya ha comprometido dinero.
El proyecto, pendiente de ser aprobado, contempla la utilización de los satélites Meteosat de segunda generación. Estos satélites facilitarán fotografías de todo el flanco sur europeo cada 15 minutos. Simultáneamente, y en colaboración con científicos de la Universidad Complutense de Madrid, se pretende elaborar un modelo más riguroso -con 6 ó 7 días de antelación- de predicción sobre el riesgo de incendios en zonas concretas del territorio español. Esta información será remitida puntualmente a los servicios correspondientes.
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