Una noche en vilo sobre el tejado
El ímpetu anómalo de la riada arrastró coches, tractores, el autobús llegado con viejas amistades que acudieron al funeral por la difunta... El torrente desbordado inundó las casas hasta alcanzar alturas de más de un metro y medio.Yebra descansa en el lecho de un pequeño valle abierto donde el arroyo del mismo nombre discurrió en algún tiempo a sus anchas. Lo entubaron para convertirlo en colector de aguas residuales y construyeron viviendas y locales encima.
Uno de ellos, el que aloja el hogar juvenil, en el que se encontraban en plena tormenta más de 20 jóvenes, se quedó completamente aislado con las puertas de diques.
Como subía el nivel del agua, los reunidos se encaramaron a la barra del bar, desde la que abrieron un boquete en el tejado con un barril de cerveza que les salvó la vida. La noche la pasaron a la intemperie, sobre las tejas, hasta que el alba les permitió ver que las aguas habían desaparecido y habían vivido un mal sueño.
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