Un joven de 17 años, hospitalizado durante dos días debido a una agresión

Un joven de 17 años militante de Eusko Gaztedi Indarra (EGI), la organización juvenil del PNV, ha debido permanecer hospitalizado durante dos días como consecuencia de la agresión de que fue víctima durante las fiestas de Oiartzun (Guipúzcoa). J. A. I, que fue atacado por un grupo de radicales, sufrió un ligero derrame y diversas contusiones en el rostro a causa de los golpes recibidos.Los hechos ocurrieron el pasado sábado, cuando A. I. acudió a cenar en compañía de unos amigos a Oiartzun. Al ser identificado como militan te de EGI, algunas personas que se encontabran en el establecimiento le rodearon y comenzaron a darle empujones mientras le increpaban despectivamente con los términos "español" y "cipayo". De improviso, uno le puso una zancadilla haciéndole caer al suelo, momento en se abalanzaron contra él y le golpearon.

A. I., que tuvo que ser ingresado por sus lesiones en la clínica Quirón, de San Sebastián, ha denunciado en la comisaría a sus agresores. A su vez, tanto el PNV de Irún como la propia EGI lamentaron ayer en sendos comunicados la "brutal paliza" recibida por el joven y advirtieron: "No vamos a rendimos ni a sometemos a las técnicas fascistoides que [los radicales] utilizan. (...) Seguiremos luchando por una Euskadi en paz". Asimismo, asociaron a los atacantes de su compañero con la izquierda abertzale.

Localizados tres zulos

Por otra parte, miembros de la Guardia Civil han localizado tres zulos de la banda terrorista ETA en el monte Artxanda, cerca de la población vizcaína de Derio. Ello fue posible gracias a las declaraciones prestadas ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional por Andoni Ugalde Zubiri, detenido el pasado mes de marzo bajo la acusación de haber colaborado con el comando Vizcaya.Los escondites, cuyas dimensiones respectivas son de 80 por 40 centímetros, 50 por 33 y 57 por 44, sólo guardaban tres bidones con capacidad para 80 0 100 litros de agua. Sin embargo, según los testimonios de presuntos colabores de los etarras, solían contener artefactos explosivos, kilos de tornillería para los atentados y dos pistolas.

Situados en la ladera occidental del monte, los zulos fueron usados por el citado comando, desarticulado el 8 de noviembre de 1994 por la Ertzaintza después de que su jefe, José Luis Martín Carmona, KoIdo, y dos liberados más intentaran asesinar a un sargento de Infantería en Larrabetzu (Vizcaya).