El Eureka
Ahora que los europeos nos preguntamos, entre otros interrogantes más perentorios y angustiosos, qué nombre le podemos poner a la non nata moneda única europea, creo que debemos volver, como tantas otras veces, a la antigüedad clásica.Para qué vamos a engañarnos, Arquímedes ya se devanó los sesos por nosotros, aunque la idea le vino mientras los remojaba en la bañera: ¡Eureka! Ademas, si queremos que la moneda europea sea de buena ley, el sabio de Siracusa, ya supo distinguir el oro de la plata.
Aunque los tiempos cambiaron y hoy la plata no es ninguna bagatela... Ecu ¿Eureka?
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