Ladran, luego...
¡Estoy harto! Los políticos de este país -en los que una vez creí- no quieren darse cuenta de que su crédito se agotó y rivalizan en sus ataques a la justicia, que es (junto con los medios de comunicación) la única fuerza, social que nos autoriza a seguir creyendo en la democracia. En el colmo del desparpajo se nos sugiere una unión de todos los demócratas ¡contra la justicia! Los guerras, anasagastis y maruganes compiten en sus diatribas a Garzón. Incluso una consejera del Gobierno vasco se atreve a llamarle loco (el cambio del cambio: del obstruccionismo desvergonzado al insulto puro). Bendita locura la que nos permite una llama de esperanza de que se haga justicia sobre 22 asesinatos. Adelante, jueces justos: cabalgáis, puesto que ladran.-